SANIDAD
La esperanza de vida de los enfermos de sida aumenta 13 años
Por Esteban del Pozo2 min
Sociedad12-09-2008
Ha pasado de ser una enfermedad mortal a corto plazo a convertirse en una patología crónica, aunque sólo en los países desarrollados. Esto es lo que se puede deducir del trabajo realizado por el Centro de Estudios Epidemiológicos sobre las Infecciones de Transmisión Sexual y Sida de Cataluña (Coeeiscat).
El estudio realizado por el Coeeiscat revela dos novedades importantes sobre el virus de inmunodeficiencia humana(VIH): la caída del índice de mortalidad de las personas infectadas en un 40 por ciento entre 1996-99 y 2003-05 y el aumento de la esperanza media de vida en 13 años desde 1996. Sin embargo, esto no significa que la situación de los seropositivos haya mejorado mucho. Su esperanza de vida permanece por debajo de la del resto de la población: un joven de 20 años con la infección aspira a vivir casi 20 años menos que un joven que no padezca sida. El tratamiento contra el VIH está compuesto de unas quince medicinas. Incluye la combinación de varios fármacos antirretrovirales que evitan el deterioro de los órganos vitales y suprimen la replicación viral. Esta terapia antirretroviral (TAR) es compleja y pesada de mantener ya que implica consumir tres fármacos (triple terapia) con un elevado número de tomas y de comprimidos por día que producen efectos adversos, interaccionan con otros fármacos y que deben de tomarse en presencia o ausencia de alimentos. Con ellos, lo que se consigue es una reducción del progreso de la enfermedad y de la aparición de infecciones. Lo más importante de toda la medicación es una dosificación y administración exacta. Por ejemplo, un paciente que esté tres días sin tomar correctamente la medicación puede volver ineficaz el tratamiento. No hay que olvidar la alimentación del enfermo. Es tan importante que puede condicionar el curso de la enfermedad. El coste del tratamiento y de las medicinas es muy alto debido a las inversiones que las grandes industrias farmacológicas han dedicado a su descubrimiento, entre 6.610 y 9.000 euros por persona al año. Esta es la razón por la que los países subdesarrollados son los que más sufren la enfermedad, pues no pueden pagar las terapias. La fabricación de medicamentos genéricos con todos los principios activos constituiría una posible solución a esta situación.