Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ARRAS-MADRID-DAKAR

Recorrido: un lavado de cara del Dakar

Por Álvaro de la LamaTiempo de lectura2 min
Deportes28-12-2001

Un total de 318 vehículos tomaron la salida desde Arras, en el sur de Francia. Todos los inscritos en la 24 edición del raid más prestigioso que se disputa en África recibieron el pistoletazo de salida de una prueba que les llevará hasta las playas del Lago Rosa de la capital de Senegal, Dakar, después de recorrer 9.436 kilómetros distribuidos en 16 etapas.

Los pilotos atravesarán España, Marruecos y Mauritania antes de llegar a Senegal, con un total de 3.979 kilómetros cronometrados de especial en tierras africanas. Las primeras etapas son de espectáculo y transición, de modo que la verdadera batalla no se verá hasta la sexta etapa, con la primera especial larga en tierras marroquíes, de 338 kilómetros entre Er Rachidia y Tazzarine, como aperitivo de la dureza de la cordillera del Atlas. Antes, el Dakar habrá entrado en tierras españolas con su paso por Zaragoza y la llegada a Madrid, para promocionar la candidatura olímpica para los Juegos del 2012: el 2001 se despide con la celebración de una etapa especial alrededor del estadio de La Peineta de la Comunidad de Madrid. El Arras-Madrid-Dakar profundiza en el espíritu de aventura y en la igualdad de los pilotos. El rally más duro del mundo vuelve a sus orígenes. Los organizadores han dejado de lado las probaturas y experimentos, de llevar la carrera por horizontes y localidades poco seguras, para centrarse en el espectáculo, en permitir a los pilotos y aficionados que disfruten con el recorrido. Una vez cubierto el prólogo europeo, la competición enfilará su viaje hacia la capital senegalesa por Marruecos y Mauritania, los dos países más estables y seguros de la zona (con el beneplácito, también, del Frente Polisario), olvidándose de pasar por Malí o Burkina Faso, como en ediciones anteriores. Es decir, esta edición deja patente que primará el desafío de sobrevivir y dominar al desierto del Sáhara, donde primará el espíritu de aventura y la fortuna para evitar averías mecánicas, quedar atrapado en la arena y los saqueos nocturnos de los ladrones. La guinda de la emoción queda marcada por la supresión del sistema de navegación por satélite (GPS) en dos etapas, donde el éxito dependerá de la habilidad con la que los pilotos interpreten el libro de ruta y superen los inconvenientes que les marque el desierto.