ELÉCTRICAS
Iberdrola está harta del silencio de EdF
Por María García Cirac
2 min
Economía11-05-2008
El Juzgado de lo Mercantil número 2 de Bilbao sigue siendo noticia al continuar aplicando las medidas cautelares que había impuesto con anterioridad a EdF. Así se lo pidió la defensa de Iberdrola, puesto que la gigante eléctrica todavía guarda silencio.
El culebrón del sector energético sigue dando coletazos. Hace ya un mes y medio desde que Etxarandio Herrera tomase las pertinentes medidas cautelares para evitar que EdF siguiera perjudicando a Iberdrola. A estas alturas todavía no ha habido una respuesta clara por parte de la compañía gala de cuáles son las intenciones que tiene. Este hecho perjudica claramente los intereses de la eléctrica española ya que, en primer lugar, sus accionistas no saben si desprenderse de sus acciones o no. Otra consecuencia de todos estos rumores es que las empresas que quiere comprar Iberdrola ponen trabas a cualquier operación. Éste es el caso de Energy East, que no quiere ser vendida a una compañía que corre el riesgo de ser, a su vez, adquirida, con el consiguiente cambio de directivos y políticas de empresa. De todos modos, el organismo encargado de resolver este tipo de conflictos que afectan a la competencia entre dos empresas de distinta nacionalidad no corresponde a ningún juzgado español. Por esta razón, lo más probable es que EdF siga manteniendo su postura de no hablar, ya que se le pide que “facilite una información a la que no se tiene derecho”, según su propia opinión. La otra cara de la moneda es la opinión de Iberdrola, que habla de competencia desleal por parte de EdF. También la señala como el “vehículo” del Estado francés y afirma que su objetivo es “perjudicar la situación de un competidor suyo en el mercado”. Esto último es fruto de una obviedad, ya que una empresa preferirá ser comprada por una compañía fuerte y estable antes que por una rodeada de incertidumbre. La realidad es que una compañía gala tremendamente protegida por su nación lleva unos meses jugando con una compañía española. Ya se veía venir que de este tira y afloja no podía salir nada bueno y al final Iberdrola, harta de tanto rumor, decidió pasar a la acción porque, tal y como dice el refrán: Donde las dan, las toman.