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TOROS

La Fiesta del 2001, división de opiniones

Por Almudena Hernández PérezTiempo de lectura2 min
Espectáculos30-12-2001

Las grandes ferias han marcado el ritmo del 2001. En la de Fallas de Valencia destacó la alegría torera de Víctor Puerto y la rivalidad sana y profesional de El Juli y El Califa. Castellón, descubrió la valentía de Juan José Padilla y Jesús Millán ante los toros de Victorino y Palha, respectivamente.

Sobre la ganadería portuguesa planeaba la prevención administrativa de la fiebre aftosa cuando se avecinaba también otra sombra sobre la Fiesta española, la de una Orden Ministerial para prevenir el mal de las vacas locas. El mundo del toro amenazó a la Administración con la huelga. Los paseíllos se celebraron y Sevilla abrió la puerta del Príncipe a Hermoso de Mendoza y se entregó a José Tomás. De esta Feria de Abril sin Curro, los toros marcharon hacia Madrid a un San Isidro diferente. Toresma 2 no alcanzó un acuerdo con El Califa y las figuras pidieron las corridas duras. La expectación pesó sobre José Tomás el 1 de junio, día en que Madrid le odió por negarse a matar un toro. Aprovechó aquella tarde Miguel Abellán, que junto con Eugenio de Mora y Morante de la Puebla salvaron el ciclo. El Juli, inédito, resultó cogido por un Guardiola el 5 de junio. Otra cogida, una cornada de un miura en el cuello, puso a Padilla contra las cuerdas de la muerte en Pamplona. En esta feria brillaron los triunfos de El Juli. Pero hubo otro triunfador: El Zotoluco. Después del verano, con menor actividad que la habitual por la normativa de la encefalopatía espongiforme bovina, llegó septiembre y los atentados contra Estados Unidos coparon la atención de todo el mundo. También el taurino. Apagadas fuerzas de los diestros, la Feria de Otoño de Madrid estuvo marcada por las cogidas de Mariano Jiménez y Alfonso Romero y el valor de Luis Miguel Encabo. Zaragoza celebró la Feria de El Pilar otro octubre más. En ella lograron la puerta grande El Juli, Ponce, Joselito y el nuevo matador Paulita, mientras despuntó Millán otra vez. Este adiós a la temporada lo fue también para El Tato, que se marchó en silencio. Mientras unos diestros descansan y otros marchan a América, el invierno se llena de noticias: la buena nueva del informe Badiola, el conocimiento público de quienes atentaron contra la cuadra de los Domecq y numerosos cambios de cuadrillas y apoderados. Además, durante este aparente letargo invernal se proyectan las ferias de la próxima temporada.