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BALONMANO

La Copa, un paso más hacia el ‘pleno’ del Ciudad Real

Por Roberto J. Madrigal (Zaragoza)Tiempo de lectura2 min
Deportes20-04-2008

Pese a la temprana eliminación del conjunto anfitrión, Zaragoza vivió la fiesta del balonmano con la Copa del Rey, un torneo que confirmó al Ciudad Real y al Barcelona como los equipos más fuertes, asistió a la decepción de dos equipos con potencial de semifinalistas, como el Ademar de León y el Valladolid, y deparó, sobre todo, un baño de moral para un Arrate que volvía a la Copa del Rey después de 17 años y se convirtió en la revelación.

Copa del Rey La Copa demostró la igualdad imperante en la Asobal: el Ademar de León, tercer clasificado en la liga, se vio sorprendido por un Arrate que, consciente de que no encajaba en el papel de favorito, jugó sin presión y se cargó de primeras al finalista de la Copa Asobal. El equipo eibarrés tampoco bajó los brazos contra el Ciudad Real y, aunque perdió en las semifinales, demostró un coraje que no pasó desapercibido. Distinta suerte corrieron los otros dos convidados de piedra, un Balonmano Aragón y un Antequera que no pudieron sino caer con orgullo contra el Barcelona y el Ciudad Real, respectivamente. Al Valladolid, en cambio, le faltó capacidad de sacrificio para plantear mayor oposición a un San Antonio de Pamplona que se mostró vulnerable. El desgaste físico pasó factura en las semifinales, donde las lesiones del lateral polaco Mariusz Jurkiewicz y del central croata Ivano Balic -sin ser decisivas- sí fueron un factor que influyó en las derrotas del Arrate y el San Antonio. El conjunto navarro, pese a que llegaban al torneo en el mejor momento de forma de la temporada -según reconocía su técnico, Javier Cabanas, tras la primera eliminatoria-, vio mermadas las rotaciones y pagó el cansancio. Un factor que preocupó pese a la victoria al entrenador del Barcelona, Manolo Cadenas, para la final. Tanto Cadenas como Talant Dujshebaev dosificaron en los primeros partidos, conscientes de la escasa recuperación al jugar dos partidos en dos días, y reservaron para la final a los jugadores con problemas físicos: el pivote Andrei Xepkin, por parte del Barcelona, y Rolando Uríos y el croata Petar Metlicic por parte del Ciudad Real. En ese aspecto, la preocupación de Dujshebaev por repartir los minutos entre todos sus hombres le sirvió para llegar a los minutos finales con más frescura: la mayor profundidad del banquillo manchego en relación con el Barcelona, más dependiente de sus pilares, influyó sin duda en el desenlace de la final. Minicopa La segunda edición del torneo paralelo, que disputan los equipos cadetes de los clubes clasificados para la Copa del Rey, tuvo como campeón al Barcelona, que hizo valer su condición de favorito y se impuso en la final al Balonmano Valladolid por 38-33. Sin embargo, los jóvenes culés, acostumbrados a ganar sus partidos con autoridad, tuvieron más resistencia de la esperada por parte castellana y evidenciaron sus carencias en el ataque estático y la dificultad para defender la posición del pivote. Sin embargo, supieron aprovechar las imprecisiones del Valladolid para sacar provecho del contragolpe.