Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ATLETISMO

Bekele, el aprendiz que sobrepasó a sus maestros

Por Alejandro G. NietoTiempo de lectura3 min
Deportes30-03-2008

La región de Arsi, una de las más fértiles de Etiopía, encierra un misterio fascinante. En sus granjas se han forjado los mejores fondistas de todos los tiempos. Cada generación de niños granjeros ha tenido un ídolo que le ha servido de inspiración para alcanzar la gloria. El mítico Abebe Bikila iluminó el camino de Haile Gebreselassie y éste fue el modelo de Kenenisa Bekele, la última joya atlética de la región y el considerado por muchos como el más grande corredor de fondo de la historia.

Nacido un 13 de junio de 1982, Bekele idolatró desde niño al gran Gebreselassie, que reinó en las carreras de larga distancia durante buena parte de la década de los 90. Desde joven, Bekele destacó como fondista y muy pronto empezó a despuntar a nivel internacional. Se le daban especialmente bien las pruebas de campo a través. Así, su primer éxito llegó en el Mundial de cross de Ostende (Bélgica), en 2001. Bekele logró la proeza de ganar en la categoría júnior y, además, finalizar segundo en el cross corto de la categoría absoluta. Fue la única ocasión en que vio desde abajo el cajón más alto del podio, aunque, con 18 años, supuso todo un éxito para él. Un año después, en Dublín, Bekele entró en la historia al convertirse en el primer atleta que lograba ganar el cross corto y el largo en unos mundiales. Pero su reinado tan sólo acababa de comenzar. En los cuatro años siguientes Bekele repitió la proeza. Logró el doblete durante cinco años consecutivos, algo completamente impensable antes de su aparición. En las pruebas de pista, su explosión fue más tardía. Hasta 2003, en los Mundiales de París, no consiguió su primer gran éxito. No obstante, su aparición fue demoledora. Bekele destronó a su ídolo, Gebreselassie, al que relegó al segundo escalón del podio en los 10.000 metros, la prueba que más se adapta a sus características. Además, obtuvo el bronce en los 5.000. Al año siguiente el relevo generacional se consumó de forma definitiva, cuando Bekele pulverizó los récords mundiales de ambas distancias, en poder, hasta entonces, de su compatriota y predecesor. Kenenisa dejó la plusmarca de 5.000 en 12’37”35 y la de 10.000 en 26’20”31, en ambos casos dos segundos mejor que el registro anterior de Gebreselassie. En Atenas 2004, Bekele ofreció uno de los momentos más intensos de la historia del atletismo. Llegó con la intención de lograr el triunfo en las dos distancias. Después de colgarse el oro sin problemas en 10.000, se tuvo que enfrentar al marroquí Hicham El Guerrouj, que también buscaba el doblete, aunque en las pruebas de 1.500 y 5.000. La carrera de los cinco kilómetros fue intensísima, pero más aún lo fue el sprint final, en el que Bekele y El Guerrouj se batieron por el triunfo en un esfuerzo sobrehumano. Finalmente, el marroquí aprovechó su mayor velocidad final para doblegar a su rival. Pese al pequeño revés sufrido y a la posterior muerte de su novia, Alem Techale, al sufrir un paro cardiaco mientras entrenaba, la hegemonía de Bekele no se vio alterada. Su correr sobrio y elegante, su trabajada técnica y la calidad que guardan sus piernas le han llevado a conquistar un nuevo título mundial de 10.000 (en Helsinki) y otro récord mundial de la distancia (26’17”53). La derrota en el Mundial de Mombasa, en el que en principio no iba a participar, cortó su racha de triunfos. Pese a ello, todo apunta a que, con muchos años de competición por delante, Bekele todavía debe alcanzar la plenitud de su carrera. Ayudar a su hermano Tariku a seguir sus pasos y prolongar su ya dilatado palmarés son sus próximos retos.