TRAS EL 9-M
Zapatero también hará cambios en su gabinete y no descarta pactos estables
Por Raquel Rodrigo
8 min
España14-03-2008
Habrá cambios en el gabinete del presidente del Gobierno. Si bien de momento no se sabe quiénes serán las “caras nuevas” que formarán parte del Ejecutivo, lo que sí ha adelantado Zapatero es que “el método de trabajo” para decidir los nombramientos se basa en “poner por delante los objetivos para esta legislatura”: que la Economía funcione; la creación de Empleo, especialmente para las mujeres; avanzar en el proceso de modernización e innovación de España; y ganar posiciones en Política Social e Integración.
El líder del Ejecutivo también precisó que la composición del nuevo Gobierno “está pendiente de concretar los objetivos, el discurso de investidura y aspira a ser lo más funcional posible”. Entre dichos objetivos, entraría el tema del terrorismo etarra, y afirmó de forma contundente que “la lucha contra el terrorismo siempre es una prioridad para cualquier Gobierno de España”. También habría cambios en la relación con las comunidades autónomas y la política migratoria. En cuanto a esto se podría pensar que creará un Ministerio de Investigación y Desarrollo y otro de Inmigración. Como titular del primero, se apunta hacia Miguel Sebastián, ex jefe de la Oficina Económica de Moncloa y candidato socialista a la alcaldía de Madrid en las anteriores elecciones municipales. Zapatero es conocido por su hermetismo a la hora de elegir a los suyos, y esta vez no está siendo distinto. El presidente se ha ido a Doñana a descansar y meditar la estructura del nuevo Gobierno, y lo único que ha afirmado con seguridad antes de su viaje es que José Bono es el candidato con más opciones para presidir la Cámara Baja y que mantendrá las dos vicepresidencias y sus titulares, María Teresa Fernández de la Vega en el área política, y Pedro Solbes en la económica. Ellos también pueden descansar tranquilos, han evitado la nominación para salir del Ejecutivo. A pesar de las buenas noticias, Fernández de la Vega, que también es ministra de la Presidencia y portavoz del Gobierno, podría ceder competencias, algo en lo que está de acuerdo, pero manteniendo la Portavocía del Ejecutivo. Desde el PSOE se apunta a la incompatibilidad de sus cargos como vicepresidenta y portavoz y todo sugiere que habrá un nuevo representante del Gobierno. Desde el ámbito de la Moncloa se afirma que el presidente no hará un cambio radical porque está contento con la mayoría de miembros del gabinete. Esta es la situación de Cristina Narbona, ministra de Medio Ambiente; Elena Espinosa, de Agricultura; Mercedes Cabrera, de Educación; José Antonio Alonso, de Defensa y Alfredo Pérez Rubalcaba, de Interior. Este último ha afirmado que se va a tomar unos días para pensar si continúa o no, ya que, según sus palabras, tiene “muchos años, muchas campañas electorales, muchos trienios encima”. “Es clarísimo que uno tiene que pensar lo que quiere hacer en su vida”, dijo. Las mismas fuentes verían raro que Zapatero prescindiera de los ministros que nombró el pasado mes de julio, como el ministro de Cultura, César Antonio Molina; el de Sanidad, Bernat Soria y la de Administraciones Públicas, Elena Salgado. No parece haber dudas tampoco sobre la continuidad del ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, pero sí las hay sobre la entrada en el Gobierno del lider del PSOE canario, Juan Fernando López Aguilar. Zapatero podría contar con él de nuevo para llevar la política nacional. Entre las novedades, la más destacada es la que situaría en el Gobierno a un ministro de las filas de los socialistas vascos, como compensación a la victoria electoral del PSE, una de las más valoradas por Zapatero. Por su parte, el secretario del organización socialista, José Blanco, ha sido designado por Rodríguez Zapatero para dialogar con todas las fuerzas políticas de cara a la sesión de investidura que se celebrará los días 7 y 8 de abril. Blanco no aceptó ninguna cartera en 2004 para poder continuar con la secretaría que dirige, y aún no se sabe si en este momento las cosas cambiarán. Su labor comenzará el lunes 24 de marzo, cuando la Ejecutiva del PSOE “tomará las primeras decisiones en cuanto a la configuración de sus responsables en los diferentes grupos parlamentarios”. En función de estas negociaciones se iniciará “el proceso de diálogo con todas las fuerzas políticas para hablar de las tareas propias de esta situación”, entre las que se encuentran la configuración de las Mesas de las Cámaras y la búsqueda de apoyos para la investidura de Zapatero. Lo que parece claro es que si los ministros se eligieran por votación popular, Magdalena Álvarez, Joan Clos y Mariano Fernández Bermejo quedarían fuera de la política, algo que también comparten los círculos socialistas. La salida de Clos, ministro de Industria, podría significar la entrada de David Vegara, diputado del PSC (Partido Socialista de Cataluña) y secretario de Estado de Hacienda. Por su parte, Magdalena Álvarez ha logrado que toda la oposición al unísono haya pedido su cabeza en dos ocasiones: tras la huelga de trabajadores de aeropuerto de barcelonés de El Prat en agosto de 2006 y por el continuo caos de las infraestructuras catalanas, sobre todo el AVE. Aunque el único partido catalán que no la ha descalificado ha sido el PSC, la ministra de Fomento les culpa de arruinar su carrera política. A pesar de esto, no parece que Álvarez vaya a dejar la política, ya que cuenta con el apoyo de Zapatero, que la valora por su “ingente y ardua labor”, y ella lo sabe: “van a rodar cabezas, y no precisamente la mía”. No está claro tampoco qué va a pasar con el ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, aunque desde su propio grupo se duda sobre su capacidad para seguir en una etapa en la que se pretende un mayor diálogo con el Partido Popular. Bermejo también ha estado en boca de todos últimamente debido a la polémica reforma de 250.000 euros que realizó en un piso oficial dos meses antes de las elecciones. Alegó que el gasto era necesario porque la anterior inquilina, María Antonia Trujillo, ex ministra de vivienda, había dejado el piso en “condiciones deficientes”. PACTOS POSTELECTORALES En cuanto a si habrá pactos con otros partidos, Zapatero ha querido dejar claro que los 169 diputados obtenidos tras las elecciones le dan “una mayoría sólida para gobernar con autonomía y para hacerlo en función del interés general”. El PSOE dialogará con todas las fuerzas políticas de la oposición parlamentaria, a excepción del PP, para pedirles su apoyo a la investidura de Rodríguez Zapatero como presidente del Gobierno, pero sin que ese apoyo ponga en peligro “el interés general” de los españoles y los objetivos básicos de su programa de gobierno. Durante el Comité Federal celebrado por todos los miembros del Partidos Socialista para tratar temas sobre el futuro de España y celebrar la victoria electoral, había ciertas dudas en relación con los socialistas catalanes y sus opiniones sobre la política de alianzas, pero pronto se despejaron. Tanto José Montilla, presidente de la Generalitat, como Miquel Iceta, viceprimer secretario del PSC, aseguraron que su partido no sería “un obstáculo” para los pactos con otras formaciones, como CiU. Montilla quiso dejar claro que “el futuro presidente del Gobierno de España sabe que tiene a los socialistas catalanes para lo que haga falta”. El PSC será bueno y no molestará a su hermano mayor, pero a cambio de su gran aportación a la victoria de Zapatero en las elecciones generales, quiere más peso en la Administración. Los socialistas catalanes obtuvieron 25 de los 47 diputados que había en juego en la comunidad autónoma, y lo mínimo que piden es más sensibilidad con las “nacionalidades históricas” como Cataluña y Andalucía. El día siguiente a las elecciones, el PSC ya comenzó a solicitar más poder: “mejor tener poder transversal en el Gobierno a un par de ministerios”, alegan desde el partido. Ese poder que reclaman estaría en los entornos de Presidencia o Administraciones Públicas. “La estructura del Estado ha cambiado mucho. La sanidad, por ejemplo, depende de las comunidades; por ello es mejor estar presente en el poder transversal”. Afirman que lo que quieren es estar “en el ojo del huracán, allí donde se va a abordar el futuro autonómico y donde debe aflorar una nueva cultura de la España plural”. Situarse en el centro les daría además mucha más facilidad a la hora de desarrollar el Estatuto Catalán, recurrido ante el Tribunal Constitucional por el PP, y fuente de tensiones en el resto de España, provocadas según los socialistas por el mismo Partido Popular. Todo esto ha sido muy dañino a la hora de iniciar el desarrollo del texto, querido tanto por PSOE como por PSC. Así, este último, pretende que su éxito obtenido en las elecciones le dé acceso a la Administración, para poder acceder de primera mano a las pausas en las negociaciones sobre el Estatuto. Es bastante probable que gracias a este aumento del poder catalán, Carme Cachón, cabeza de lista por Barcelona y ministra de Vivienda, aspirara a un ministerio de mayor peso. De no conseguir sus objetivos políticos, que también incluyen el traspaso de Cercanías Renfe y la gestión del aeropuerto del Prat, desde el PSC ya han avisado del riesgo de desapego de la sociedad catalana del resto de España, algo que es más cada día, un hecho comprobable. Esta vez, el PSC no ha querido tener un grupo propio en la Cámara Baja, ya que consideran que es mejor influir desde dentro, pero esto podría provocar que CiU se situara en el punto de mira y, si lograra llegar a acuerdos con el PSOE, ser el grupo que dirigiera el desarrollo del Estatuto. Pero el PSC no es el único con influencias, los pactos puntuales podrían dirigirse también hacia UGT, que lucharía por temas como el empleo o la reducción de la temporalidad laboral. Para ocuparse de esto, se apunta a Valeriano Gómez, ex secretario de Empleo. Zapatero ha afirmado que se deben “a unos y a otros, a todos, en especial a quienes más necesitan de la acción del Gobierno”. Quiere gobernar desde el diálogo y los acuerdos en el Parlamento, con empresarios y sindicatos, con comunidades autónomas y ayuntamientos. Se ha propuesto gobernar con “humildad”, continuando con la dirección seguida durante los últimos cuatro años: “Han vuelto a ser mayoría los que votaron por la persistencia, por la intensificación del cambio emprendido”. Esta misma idea la respalda Manuel Chaves, presidente de nuevo de Andalucía con mayoría absoluta, que no ha solicitado nada de momento, pero ha adelantado que “van a ser complicadas las alianzas estables” entre el PSOE y otros partidos políticos, y que se va a dar una legislatura muy similar a la anterior en la que “se van a buscar pactos puntuales para sacar adelante las leyes”.