BANCO MUNDIAL
España no estará en el G-7
Por Fernando Menéndez-Ros2 min
Economía24-02-2008
El viejo debate sobre el papel de España en el mundo tiene nuevos argumentos. El Banco Mundial ha calculado que la economía española ocupa la undécima posición en el planeta en términos de paridad de poder de compra. La clasificación está encabezada por EE.UU., cuya economía tenía en 2005 un valor equivalente a 12,3 billones de dólares, más del doble que China (5,3 billones de dólares), que está en el segundo lugar en el ránking.
En el caso de España, el Banco Mundial le asigna un peso económico equivalente a 1,18 billones de dólares, claramente por debajo de Brasil (1,58 billones) pero algo por encima de México (1,17 billones de euros). Por delante de España se encuentran, por este orden, Japón, Alemania, India, Reino Unido, Francia, Rusia e Italia, con un PIB superior a los 1,6 billones de dólares. Muy cerca de España se encuentran también Canadá y Corea (puestos 13 y 14), con una riqueza anual superior al billón de euros. La importancia de esta clasificación se deriva del hecho de que está realizada en términos de paridad de poder de compra, un instrumento que permite la comparación por países al eliminar el efecto de los precios. El trabajo lo han realizado los técnicos del Banco Mundial y su virtud tiene que ver con que de esta manera se pone fin a una vieja polémica sobre el papel de cada nación en el concierto económico mundial. Hasta ahora se daba por hecho que España era la octava o novena potencial económica mundial, peleando siempre con Canadá por una u otra posición. Esta clasificación, sin embargo, se hacía a tipos de cambio corrientes, lo que desvirtuaba el análisis. Un país podía estar arriba o abajo en función del tipo de cambio de su moneda o del nivel interno de precios, lo que era escasamente representativo. Ahora, y en el marco del Programa de Comparación Internacional, el Banco Mundial pone los puntos sobre las íes, tal y como recoge el servicio de estudios de La Caixa en su último boletín de coyuntura. La importancia de esta clasificación es alta debido a que la pertenencia a grandes organismos económicos o políticos puede depender de la posición en el ránking del Banco Mundial. España, como se sabe desde los tiempos de José María Aznar, reclama una silla en el G-7 esgrimiendo su condición de octava potencia económica del planeta, algo que ahora desmienten las cifras del Banco Mundial. El presidente José Luis Rodríguez Zapatero también lo ha reivindicado en los últimos años con igual éxito. Y hasta el general Francisco Franco hablaba en plena dictadura de que España era la octava potencia económica del mundo.