SUDÁN
China y Sudán, petrolífero matrimonio de conveniencia
Por J. F. Lamata Molina
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Internacional17-02-2008
El director de cine Steven Spielberg ha decidido dimitir como asesor de los chinos en la organización de lo Juegos Olímpicos molesto porque la República Popular no haga nada por impedir las atrocidades de Darfur: "El Gobierno de Sudán es el principal responsable de los crímenes que están ocurriendo, pero la Comunidad Internacional, y en particular China, deberían hacer más”.
A la renuncia de Spielberg se unió el manifiesto firmado por ocho premios Nobel de la Paz, intelectuales y empresarios para que China dejara de ayudar a Sudán. También el príncipe Carlos de Inglaterra ha dicho que no piensa ir a los Juegos Olímpicos de China. Todo ello porque la República Popular China es el principal país que mantiene relaciones con el dictador sudanés Omar Al Bashir. Siempre que Estados Unidos ha intentado condenar la política sudanesa en la cuestión de Darfur en la ONU, la representación china se ha encargado de vetarlo. El papel del Gobierno de Sudán en Darfur es muy criticado por la pasividad en el genocidio de aquella zona. Hay quien llega a acusarle de colaboración y el Tribunal de La Haya mantiene procesados a varias autoridades sudanesas como el ministro, Ahmad Harum. La vinculación del Gobierno de Pekín con el de Sudán se debe a que el país asiático es el que tiene mayor participación en los pozos petrolíferos sudaneses (40 por ciento). En Sudán hay destinadas varias tropas chinas destinadas a "mantener la paz" en todo el territorio (hay 50.000 chinos que residen en aquella zona) y es mucha la ayuda humanitaria que la República Popular da a este Estado africano. Quizás sea eso lo que más molesta a las potencias occidentales, que preferirían que China cortara el grifo para que cayera el régimen de Al Bashir y se colocara un nuevo Ejecutivo que tuviera más interés en pacificar la zona de Darfur y, de paso, que mantuviera una política comercial más acorde a sus intereses.