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KOSOVO

Una libertad avalada, pero vigilada

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional17-02-2008

La Unión Europea y Estados Unidos han reconocido, no sin problemas, como legítimas las aspiraciones independentistas de Kosovo que materializaron el pasado fin de semana. Sin embargo, se trata de una libertad vigilada por los 17.000 soldados de la KFOR, la misión de la OTAN en la región, y por los 2.000 efectivos civiles y policiales que la UE desplegará este año en Kosovo, con el fin de velar por la estabilidad regional.

EE.UU. ha tenido menos problemas que la UE para reconocer la independencia de Kosovo. La Doctrina Monroe (1823) -"que cada pueblo tenga la libertad de fijar por sí mismo su política propia, de elegir el camino de su progreso"- sigue siendo, al menos teóricamente, la piedra angular de la política exterior estadounidense en ciertos lugares del mundo. Además, el actual primer ministro kosovar, Hashim Thaçi, es uno de esos hombres de EE.UU. en Europa. Fue la Administración de Bill Clinton la que le ayudó a transformarse de legendario guerrillero a carismático político y en una de las piezas claves para frenar el control de Rusia sobre las repúblicas satélite soviéticas. En la Unión Europea la decisión de apoyar la independencia de Kosovo no ha sido tan sencilla. La fría acogida de esta iniciativa de países como España y el miedo a que este proceso suponga el caldo de cultivo necesario para que otras regiones de Europa se lancen a una carrera independentista han hecho que la UE vaya con pies de plomo a la hora de aceptar las aspiraciones kosovares. En todo caso, las discrepancias en el seno de la UE nada tienen que ver con las que se han vivido en el seno de la ONU, cuya declaración sobre Kosovo es completamente ambigua. El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se ha visto obligado a no pronunciarse firmemente a favor o en contra por la pertenencia de Rusia, ferviente opositor a la independencia, al Consejo de Seguridad del organismo. Mientras Rusia y Serbia advierten de que la independencia derivará en un nuevo conflicto en los Balcanes o incluso en una sucesión de procesos independentistas en regiones como Irlanda del Norte, Córcega, Chipre o Euskadi, la UE ya ha tomado medidas para evitar que Kosovo se convierta de nuevo en un polvorín. Con este fin ha puesto en marcha la misión Eulex, la mayor misión civil de la UE que se conoce hasta el momento y en la que participan países de todo el mundo, como Turquía o Estados Unidos. El objetivo principal de esta misión es, por un lado, sustituir a la misión Unmik de la ONU, y por otro, velar por la paz en Kosovo tras su independencia. Policías, jueces y funcionarios componen esta misión europea, que velará por la protección de las minorías en Kosovo -especialmente de la serbia-, combatirá la delincuencia organizada y colaborará en el desarrollo de Kosovo, a quien algunos auguran un boom económico sin precedentes si su ansiada independencia no se tuerce y termina convertida en un nuevo proceso de limpieza étnica como el ocurrido hace años.