TOROS
Morante y Aparicio: tras la estela propagandista de José Tomás
Por Almudena Hernández2 min
Espectáculos27-01-2008
Luz y taquígrafos. Los toreros han querido rescatar del pasado aquella vieja expresión para anunciar a bombo y platillo éste u aquél cartel. La expectación está servida. Pero, como dice más de un matador de toros, donde se tiene que hablar y demostrar lo que uno vale es en el ruedo, pues el tiempo y el toro pone a cada cual en su lugar.
Sólo hay que repasar la historia de la Fiesta. Julio Aparicio llegó una vez a Madrid a confirmar la alternativa, si no falla la memoria, y tras andar despistado y fuera de sí en el primero de sus toros, toreó como los ángeles al segundo, ensimismó al respetable venteño y le cortó dos orejas. Si no falla la memoria aquello fue en 1994. Estamos en 2008 y el nombre de Julio Aparicio vuelve a sonar con fuerza, al menos sobre el papel. El caso es que el nombre de Aparicio tiene historia, al menos es nombre de dinastía y de cartel novilleril junto a quienes también fueron hijos de y destacaron en el escalafón inferior, Miguel Báez Litri y Rafi Camino. Pero, si no falla la memoria -disculpen los lectores las redundancias-, estamos en 2008 y desde aquello de las dos orejas en Madrid han llovido muchos toreros sobre el ruedo venteño, qué decir de un tal José Tomás que aguantó el aguacero en la monumental capitalina en una de tantas buenas tardes en esa plaza. Lo que ocurre es que, perdonen también la obviedad, nadie es José Tomás. Para bien y para mal. El torero de Galapagar se puede permitir no conceder entrevistas en España, hacer presentaciones mediáticas de carteles, maquinar una campaña de marketing y rodearse de un misticismo que haga pensar al común de los mortales que procede de otra galaxia o que es un mito de carne y hueso. Los más incrédulos y precavidos hemos observado que en la tourné tomasista de 2007, el torero de Galapagar hacía eso que había anunciado: torear. Este 2008, José Antonio Morante de la Puebla parece querer emularle en presentaciones mediáticas y extravagancias. Bien está que se coloque un bombín sobre la cabeza y un pañuelo en el cuello; que encienda un puro y se ciña medias blancas para hacer el paseíllo... Pero lo que haga, por ejemplo, el 23 de marzo, Domingo de Resurrección, en la plaza de Las Ventas (parece que toreará junto al mencionado Aparicio y a Miguel Ángel Perera reses de Núñez del Cuvillo), tendrá que convencer al respetable. Y cuando los cronistas taurinos decimos respetable nos referimos al público aficionado, no a los espectadores puntuales ni a los del club de fans de Fulano. Si no, más de uno se acordará, por ejemplo del ex apoderado de Morante, el popular Rafael de Paula, cuando le dice al de La Puebla aquello de que torea con el culo en pompa.