CATÁSTROFE

Los daños del ‘tsunami’ aún no han cicatrizado en Asia

Por LaSemana.es1 min

Sociedad26-12-2007

Tres años después del maremoto que asoló el sudeste asiático los supervivientes siguen reviviendo la tragedia. Cuando la esfera internacional parece haber olvidado los 230.000 muertos que produjo el tsunami, los supervivientes están preocupados ahora porque los corrimientos de tierra no se traguen más víctimas.

Además de miles de muertos, el tsunami provocó inmensos daños materiales..Un terreno deteriorado por aquella gran ola y las fuertes lluvias que están cayendo sobre Sumatra facilitan que se produjan corrimientos de tierra. En ellos han muerto ya cientos de personas. A este panorama se suman los daños colaterales de la catástrofe natural que tuvo lugar hace tres años. Como secuela de lo ocurrido aquel 26 de diciembre de 2004, miles de personas continúan sin un hogar y viven en campamentos de refugiados. Esta situación se debe, en parte, a que la mitad de la ayuda internacional que se movilizó a escala internacional no ha llegado a los afectados. Según ha denunciado un informe de Transparencia Internacional en Sri Lanka, unos 340 millones de euros que se destinaron a la ayuda de los damnificados han desaparecido. Además, parte de la ayuda que sí llegó no se administró debidamente y, por falta de planificación o por las prisas por reconstruir la zona cuanto antes, muchas de las nuevas infraestructuras no son del todo útiles para los damnificados. Es más, tampoco han cumplido con sus compromisos de donación de fondos muchos de los países que en un primer momento se ofrecieron para colaborar en la reconstrucción de la zona afectada. Y el trabajo sobre la zona no resulta fácil con lo que llega, pues en algunos de los países afectados, la violencia y la guerra se entremezcla con la devastación provocada por el maremoto. Para más inri, además de corrimientos de tierra, bajo los pies se sienten otros tipos de temblores en el sudeste asiático, los que propicia la actividad sísmica, aunque ninguno de con las consecuencias como el que ocurrió hace tres años en el Océano Índico. Eso sí, la población vive en continua alerta.