ASUNTOS EXTERIORES
Chávez condiciona la relación con España a que el PP no gane las elecciones
Por Irene E. Sánchez
2 min
España01-12-2007
“Sí”. Tanto a la reforma constitucional en Venezuela como a la próxima nacionalización de los bancos españoles BBVA y Santander si el Rey Juan Carlos I no pidiera disculpas al jefe de Estado venezolano. Con esta clara afirmación lideró Hugo Chávez la campaña en favor de su presentación indefinida como presidente, tras la cual estableció un segundo requisito para no hacer peligrar el futuro la “lista” de empresas españolas en el país: "Si la derecha española, que nos sigue agrediendo, llega al Gobierno, entonces déme mi banco compadre”.
Comenzó la batalla en la Cumbre Iberoamericana celebrada hace dos semanas, en la que Juan Carlos I, como representante del Estado español, se dirigió a Hugo Chávez con la exhortación de “¿por qué no te callas?” cuando el dirigente venezolano llamó “fascista” al ex presidente del gobierno español, José María Aznar. Son las empresas españolas en el país las que, por el momento, son susceptibles de poder sufrir en el futuro las consecuencias del desencuentro en la Cumbre. Después del altercado que tanto enfado causó al mandatario hispanoamericano, las intimidaciones a los intereses de estas sociedades no se hicieron esperar. Llegan incluso hasta ahora y cada vez con un aire más amenazante. Con una camiseta y una gorra de color carmín y un “sí” que destacaba en blanco, el presidente venezolano afirmaba durante la campaña que protagonizó para conseguir votos a favor de la reforma constitucional que él mismo propuso: “La única manera de que las relaciones con España, con el Gobierno español y con las empresas españolas se arreglen, es que el Rey de España presente disculpas” por haber “agredido” al jefe de Estado de Venezuela, declaró. Si esta condición no se llevara a cabo, el presidente no dudaría en emprender la nacionalización de la “lista” de empresas que dice poseer. Y no sólo se acuerda Chávez de las empresas españolas por el rifirrafe que protagonizó con su homólogo español. Tras el fin de su campaña por el “sí” de la reforma constitucional propuesta el pasado agosto y que promueve su presentación indeterminada como presidente en Venezuela, Chávez no dudó en poner en entresijo el futuro de bancos españoles como el BBVA, el SCH o la petrolera Repsol en caso de que el Partido Popular volviera a gobernar en España. A tan sólo un día de la llamada a las urnas y en plena jornada de reflexión en su país, Chávez no dudo en amenazar de nuevo sus intereses dentro de Venezuela Así hablaba a J. Goguikian, el presidente del Banco de Venezuela/Grupo Santander: “Ruégale Michel a Dios que gane otra vez Zapatero, si gana la derecha otra vez olvídense los españoles" de operar sus empresas en Venezuela. Chávez constató que su Gobierno estaba estudiando la representación española en Venezuela y avanzó que las inversiones, especialmente las financieras, no eran necesarias para el país.