Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

TERRORISMO

ETA asesina en Francia a un guardia civil y deja en coma a su compañero

Fotografía
Por Antonio PérezTiempo de lectura3 min
España02-12-2007

Tres miembros de la banda y dos agentes del Instituto armado que trabajaban en labores de investigación a ETA coincidieron de manera fortuita en una cafetería en Capbreton, una localidad francesa ubicada en el sur del país. Tras el encuentro, los guardias civiles, desarmados, salieron del lugar y dos de los terroristas les dispararon por la espalda y asesinaron al agente Raúl Centeno, al mismo tiempo que hirieron de gravedad a Fernando Trapero, que se encuentra ingresado y con una “nula” actividad cerebral.

En suelo francés, con una acción –en principio- no planificada y sin tiempo para preparar una huída que incluyó el robo de un vehículo y el secuestro durante horas de una madre y su hija. ETA volvió a las armas por primera vez después de la ruptura del alto el fuego anunciada por la propia banda terrorista el pasado mes de junio y tras varios intentos de atentado frustrados durante el último año. Desde que el Gobierno dio por finalizadas las negociaciones con ETA por el atentado en la terminal 4 del aeropuerto de Barajas, en Madrid, que causó la muerte de los ciudadanos ecuatorianos Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate, la banda había intentado realizar acciones armadas que habían resultado infructuosas, bien por la falta de preparación de los miembros del comando o por los trabajos e investigaciones de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, que han aumentado sustancialmente el número de etarras detenidos en los últimos meses. En esta ocasión, tres miembros de la banda consiguieron matar a un guardia civil, Raúl Centeno, y dejar en coma a su compañero Fernando Trapero después de que los agentes y los terroristas coincidieran en una cafetería situada en Capbreton, al sur de Francia. Centeno y Trapero se encontraban en el país galo como integrantes del Grupo de Apoyo Operativo que trabaja en la vigilancia y seguimiento junto con otros equipos especializados de las fuerzas de seguridad francesas, que llevaban un mes trabajando en una operación. Los datos apuntan a que los agentes, que estaban desarmados, pudieron percatarse de la presencia de los etarras y trataran de salir para pedir auxilio o para informar sobre la identificación de los terroristas. Una vez que salieron del establecimiento y se dispusieron a entrar en su coche, dos de los terroristas les dispararon por la espalda y huyeron en un Golf gris conducido por la tercera etarra, y que, después de la investigación que se puso en marcha, se concretó que el vehículo contenía material explosivo, detonadores y temporizadores para la elaboración de bombas lapa. Después de la huida, los terroristas se dirigieron en dirección al norte y, a unos 70 kilómetros de Capbreton, se separaron. Durante el recorrido, secuestraron a una mujer y a su hijo para robar un segundo vehículo, un Peugeot 307, les obligaron a introducirse en el maletero del coche y los liberaron poco después. Según fuentes de la investigación, los terroristas pudieron temer que fueran identificados por los agentes o que descubrieran el material explosivo de su vehículo, que abandonaron poco después del atentado. Los terroristas exhibieron su voluntad de atentar desde la explosión en la T-4 Desde el atentado de Barajas y la ruptura del alto el fuego permanente, la banda ya había dejado clara su voluntad de atentar. En este sentido, la Ertzaintza había encontrado un bidón con cien kilos de explosivos en la localidad vizcaína de Atxondo apenas unos días después de la explosión en la T-4. Además, tras el anuncio formal del fin de la tregua, en el pasado mes de junio, también se hallaron pistolas y otros cien kilos de explosivos en Biarritz, en Francia, el pasado agosto, mes en el que un coche bomba en la casa cuartel de la Guardia Civil de Durango causó dos heridos. La banda continuó sus acciones en octubre con una bomba lapa que hirió al guardaespaldas del concejal socialista en Galdakao (Vizcaya) Juan Carlos Domingo. En la misma provincia, los terroristas colocaron un mes después dos bombas ante los juzgados de Getxo, y una de ellas hirió a un artificiero de la Ertzaintza mientras manipulaba los detonadores. Entre los intentos de atentados de ETA en este tiempo, destaca la detención de un etarra en Santander en julio, mientras esperaba recibir un vehículo con explosivos, así como que un error en el detonante de una bomba situada por la banda en la Delegación del Ministerio de Defensa en Logroño impidió la explosión del artefacto el pasado mes de septiembre.