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ECONOMÍA

El Banco de España avisa sobre el peligro del futuro de las pensiones

Por Esteban del PozoTiempo de lectura1 min
Sociedad28-09-2007

"El ahorro y la previsión social es una cuestión de Estado de primera magnitud". Así de sincero y preocupado se mostraba el presidente de Unespa (patronal del seguro del Banco de España), Álvaro Muñoz. El creciente envejecimiento de la población es el mayor riesgo para el futuro pago de las pensiones.

En este momento, la relación entre pensionistas y cotizantes es de aproximadamente el 25 por ciento, porcentaje que alcanzará tasas cercanas al 65 por ciento hacia 2050, una de las más altas de Europa. Según el director del servicio de estudios del Banco de España, la situación no podrá resolverse con la emigración que, en el mejor de los casos, podrá situar en el 50 por ciento la relación entre pensionistas y cotizantes. De acuerdo con los datos manejados por la Seguridad Social, la pensión media se sitúa en 576,2 euros al mes, siendo mayor la de los hombres que la de las mujeres. Aún así, muy pocas pensiones superan los 1.000 euros mensuales de cuantía. Pero el crecimiento del índice de personas mayores y el mayor número de prejubilaciones hace que el sistema de pensiones peligre considerablemente. Las pensiones públicas peligran a medio plazo y se hace preciso recurrir al ahorro individual a través de sistemas complementarios de jubilación. Tanto el banco emisor como la patronal aseguradora abogan por un sistema mixto de pensiones, en el que el Estado garantizaría un determinado nivel de prestación mientras que el ciudadano se procuraría otro ingreso complementario a través de las mutualidades o los fondos de pensiones. La ventaja fundamental del ahorro privado para obtener o completar una pensión es que resulta menos vulnerable a los fenómenos demográficos, puesto que cada trabajador genera su propia pensión en función de sus propias aportaciones. Gran Bretaña, Alemania, Holanda, Bélgica o Francia se anticiparon ya, hace años, a los graves problemas que se avecinaban para el sistema público de pensiones y arbitraron otras soluciones, incentivando los sistemas de previsión social privados complementarios.