Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

REFORMAS DE ESTADO

El Consejo de Estado ya alertó de la dificultad para emprender el proceso

Por Irene E. SánchezTiempo de lectura3 min
España09-09-2007

“Un éxito compartido. Elaborada con la intervención de todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria, bajo el signo del diálogo y del consenso, el texto de 1978 es realmente una Constitución de todos”. Por este motivo citado en su informe por el propio Consejo de Estado, las reformas constitucionales que el Gobierno quisiera llevar a cabo, hoy no serían posibles debido a que el consenso que vio nacer la Carta Magna actualmente no existe.

El Consejo de Estado aseguró en su día que "los textos constitucionales no pueden pretender ser definitivos, ni aspirar a permanecer intangibles, si se quiere que continúen sirviendo con fidelidad a los objetivos que se han marcado desde su origen". Según este análisis, las modificaciones que se pudieran aplicar a la Constitución deberían ser fieles a los principios fundamentales que alumbraron la Carta Magna. No obstante, El Consejo de Estado, no pasa por alto que las nuevas generaciones tienen de igual manera “derecho a revisar las formulaciones" de la Carta Magna. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero manifestó su intención retocar algunas de las leyes constitucionales e incluir algunas otras. Tan es así que pensó en cuatro posibles reformas: sucesión de la Corona, modificación del Senado, aparición oficial de los nombres de cada Comunidad Autónoma en el texto e inclusión de la construcción europea en la propia Constitución. Una vez articuladas, Zapatero optó por la vía de solicitar un informe al Consejo de Estado acerca de las modificaciones. Pero el informe, publicado en 2006, permanece desde entonces guardado en un cajón debido a la situación que rodea al panorama político. La falta de acuerdo entre PP y PSOE imposibilita la mayoría que exige el texto constitucional. Es la propia Carta Magna, la que en sus artículos 167 y 168 describe claramente cómo se necesitarían, como mínimo, la aprobación de los dos tercios de las Cámaras para dar luz verde a las reformas. En ese caso, hoy las refomas propuestas por el Ejecutivo socialista tendrían que esperar dada la negativa del Partido Popular, sin el cual, la prosecución del procedimiento sería imposible. Los dos pincipales partidos coinciden en la necesidad de reformar la Constitución para que la infanta Leonor pueda reinar en un futuro a pesar de ser mujer. No obstante, tanto populares como socialistas aseguran que, al menos en este apartado, no hay prisa. Asimismo, la paralización del proyecto constitucional europeo ha supendido el debte sobre la adapación del tratado constitucional a la Carta Magna española. De este modo, son los dos puntos restantes, el de la reforma del Senado y el de la inlcusión de las comunidades autónomas los que se han visto especialmente afectados por las discrepancias políticas. El presidente del Consejo de Estado, Francisco Rubio Llorente, ya aviso de que los obstáculos más sobresalientes provendrían de las posibles modificaciones en estos dos últimos puntos. Según dijo, tales transformaciones podrían afectar a varios artículos de la Carta Magna, e incluso, si se llegara más lejos, alterar las bases del texto constitucional, como por ejemplo el modelo de Estado. Ante lo insalvable del escenario político que atisba el Gobierno, las modificaciones propuestas se guardan en un cajón a la espera de materializarse, a través del análisis exhaustivo de artículos tales como el 167, el procedimiento de la reforma, que a día de hoy sigue siendo único, apoyado además por una sociedad española, que sigue considerando, según el Consejo de Estado, “a su Constitución como marco estable para su convivencia futura”.