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REFORMAS DE ESTADO

PSOE y el PP buscan reformar la Constitución por caminos separados

Fotografía Rajoy propone blindar las competencias del Estado

Rajoy propone blindar las competencias del Estado

Por Antonio PérezTiempo de lectura4 min
España08-09-2007

Si es necesario, de qué manera y con qué limites se debe abrir el “melón” constitucional dependerá del ganador de los próximos comicios. Los dos principales partidos lo consideran conveniente, pero por motivos diferentes. A pesar del interés mostrado públicamente por el presidente del Gobierno, el propio Rodríguez Zapatero decidió abandonar el debate sobre la conveniencia de retocar la Carta Magna al no contar con el apoyo del PP.

Lo tenía claro. Cuando el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, llegó a La Moncloa, tenía entre sus planes la reforma de la Carta Magna que, desde 1978, es el vértice del sistema jurídico español. Para ello aspiraba a lograr el apoyo de los principales grupos parlamentarios, pero la gestión de la reforma del Estatut en Cataluña erizó un debate que exigía, al menos, el mismo consenso alcanzado a finales de la década de los setenta. Los cambios propuestos por el PSOE se centran en la reforma del Senado para que se convierta en una verdadera cámara de representación autonómica –y no otro campo de batalla entre los socialistas y los populares-, la eliminación de la predominancia del varón sobre la mujer en la línea sucesoria de la Corona y la inclusión de las diecisiete comunidades autonómicas en el texto, así como una referencia a la Constitución Europea. A pesar de que se trataba de pequeños retoques en los que, al menos públicamente, no existen demasiadas discordancias, el PP se distanció de los socialistas y abogó por establecer un techo que definiera claramente las competencias del Gobierno central para evitar la acumulación de competencias por parte de las denominadas “comunidades históricas”, especialmente Cataluña, que inició la reforma de su Estatuto autonómico. En este sentido se pronunció precisamente la pasada semana el presidente del PP, Mariano Rajoy, que defendió una reforma de la Constitución para impedir que “se siga traficando con la estructura del Estado”. Los populares pretenden de esta manera dar un mayor protagonismo al Estado en detrimento del poder de autogobierno adquirido por las comunidades autonómicas. Algo que, a su juicio, ha provocado “crisis en el PSOE y el abandono de algunos de sus miembros”, como la histórica dirigente socialista Rosa Díez. El número dos del PP y secretario general de la formación, Ángel Acebes, se reunió con el Foro de Ermua para tratar esta cuestión. Mientras el principal partido de la oposición defiende la introducción de pequeños cambios en el texto constitucional para blindar las competencias del Estado y garantizar la igualdad de todos los españoles en un “estado fuerte”, otras agrupaciones están dispuestas a ir un paso más allá. El presidente del Foro de Ermua, Mikel Buesa, aunque apoyó los cambios promovidos por el PP y se ha comprometido también a trabajar de manera conjunta con este partido, hizo hincapié en que el Foro ha estado entablando conversaciones con otras agrupaciones como la Fundación DENAES o la plataforma Convivencia Cívica Catalana para ir “más lejos” en la propuesta de reforma de la Constitución Española. Otro de los partidos que se presentará a los próximos comicios y que está empezando a andar, el abanderado por la formación “¡Basta Ya!” y comandado por la ex dirigente socialista Rosa Díez y el filósofo Fernando Savater, también se ha distanciado de la posición de los socialistas y defenderán un recorte de las prerrogativas de las comunidades autónomas dirigidas por partidos nacionalistas. Reformar la línea sucesoria requiere la mayoría de dos tercios de las Cámaras Si bien tanto el PSOE como el PP coinciden en la necesidad de realizar ajustes en la Carta Magna, los dos partidos van por vías bien distintas, especialmente en lo concerniente a la estructura del Estado. Pero, al menos en esta ocasión, tendrán que llegar a acuerdos si quieren reformar la Constitución. Porque su revisión requiere diálogo y consenso, mucho consenso. Al menos el mismo con el que se aprobó el citado texto. En el caso del cambio en la línea sucesoria para que el varón deje de tener preferencia sobre la mujer, por ejemplo, el artículo 168 de la Carta Magna regula que será precisa la mayoría de dos tercios del Congreso y también del Senado, así como la disolución inmediata de las Cortes, la convocatoria de elecciones, la ratificación de la decisión por parte de las nuevas Cortes y el sometimiento a referéndum popular. En la actualidad, ningún partido contaría con esa mayoría y necesitaría apoyarse en otros grupos. Y aunque así fuera, en un asunto que supone la revisión de la piedra angular del ordenamiento jurídico español -que el próximo año cumplirá tres décadas-, es necesaria la concurrencia de las dos fuerzas políticas mayoritarias y, más que recomendable, el apoyo del resto de partidos.