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MEDIO AMBIENTE

Galicia, escenario de repetidos accidentes ecológicos

Por Maite NúñezTiempo de lectura2 min
Sociedad23-02-2007

Galicia se despertó una vez más sobresaltada ante el miedo de un nuevo Prestige en sus costas. El Ostedijk, un carguero mercante que transportaba fertilizante agrícola. El carguero solicitó ayuda a Salvamento Marítimo al detectar que parte de la carga que transportaba se estaba descomponiendo.

Una llamada de auxilio hizo temblar de nuevo a Galicia. En un primer momento, ante la descomposición de fertilizante agrícola, se pensó en un incendio con posterior emanación de gases tóxicos. Sin embargo, en poco tiempo el Ministerio de Fomento descartó la posibilidad. "En ningún momento ha habido ni fuego ni gas", ha asegurado el director de relaciones institucionales, José María Noguerol. Sin embargo, a pesar de haber descartado la posibilidad, la Xunta de Galicia puso en marcha el gabinete de crisis y ordenó alejar la embarcación de la costa para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Asimismo, la directora de la Sociedad Estatal de Salvamento Marítimo, Pilar Tejo, ha afirmado que tan sólo es cuestión "de horas" que finalicen las operaciones para extinguir el proceso de descomposición del fertilizante agrícola. El gabinete de crisis ha asegurado que "no queremos pasarnos de optimismo, pero según el criterio de los técnicos, estamos hablando de horas, no de días o semanas, aunque no podamos definir si se trata de 24 ó 36". Sin embargo, esta no ha sido la primera vez que se han puesto en peligro los ecosistemas marinos. Desde 1970 han tenido lugar ocho vertidos de importancia en Galicia. Seis se han producido por petróleo y otros dos por insecticidas y otras sustancias químicas. Lo que ha ocasionado serios daños a la flora y la fauna en las Rías Baixas o en algunas rías de Betanzos y Ares. En 1970 el petrolero noruego Polycommander encalla y se incendia cerca de las islas Cíes (Pontevedra). Se vertieron al mar unas 13.000 toneladas. El suceso, produjo serios daños en la fauna y flora de las Rías Baixas y en los arenales de las islas gallegas. Además, en 1987 el buque Casón, que transportaba sustancias químicas como butanol o aceite de anilina naufragó en la costa de Fisterra, después de sufrir un incendio en el que fallecieron 23 de sus 31 tripulantes. Debido a los materiales inflamables que transportaba, se produjeron explosiones al entrar en contacto con el agua. Asimismo, ante el miedo a una nube tóxica se evacuaron a los habitantes de los pueblos de la zona. Los sucesos se han repetido una y otra vez y aunque parece que por ahora todo está "bajo control", lo cierto es que los habitantes gallegos "están hartos" de estos sucesos, por lo que piden una mejora en el sistema de seguridad, para que estos sucesos se repitan cada vez con menor frecuencia.