TECNOLOGÍA
Un nuevo Gps proporciona autonomía al enfermo de alzheimer
Por Silvia Álvarez-Buylla4 min
Comunicación26-02-2007
Un dispositivo GPS vigila a enfermos de alzheimer. Cruz Roja española y Vodafone España presentaron el Sistema Inteligente de Monitorización de Alertas Personales (Simap) para localizar geográficamente a estos pacientes. Todos los movimientos del que porte uno de estos aparatos serán permanentemente controlados. Gracias a esto, las personas que sufren una enfermedad adquieren mayor autonomía y libertad, pero su uso en otros individuos puede alterar la intimidad.
Enfermos de alzheimer saldrán a la calle sin preocuparse de si sabrán volver a casa. Sus familiares y cuidadores permanecerán, a su vez, más tranquilos porque saben en cada momento en que lugar preciso se encuentra la persona a la que quieren localizar. Por alrededor de 230 euros y una cuota mensual, los usuarios pueden llevar un riñonera con un cierre de seguridad en la que porten un pequeño dispositivo. Con él, terceras personas controlarán cada uno de sus pasos y sabran en cualquier momento en que lugar exacto se encuentra esa persona. El sistema, desarrollado por la empresa gallega Tecnocoid, facilita la localización tanto por vía GPS como a través del sistema LBS (por triangulación de las antenas de Vodafone). "Con este proyecto, estamos fomentando la independencia para los dependientes, que las personas mayores puedan tener más libertad, más autonomía y por tanto una vida más rica con el apoyo de estos productos tecnológicos que eran impensables hace muy pocos años", afirma José Luis Ripoll, director general de la Fundación Vodafone España. Para localizar al enfermo, sólo es necesario llamar a al servicio de atención telefónica permanente de Cruz Roja o acceder a través de Internet o del móvil, vía SMS o MMS. En este último caso, además de indicaciones en modo de texto, el familiar o cuidador recibe un mensaje multimedia con la fotografía de un mapa con la ubicación exacta del portador. Otros dispositivos vigilan a ancianos, enfermos, niños, animales y objetos Este sistema no es nuevo. Hace escasos meses, la empresa española Avanzit y la argentina Hawk lanzaron un dispositivo similar. Pero su uso va más allá. Estas compañías proponen utilizarlo en coches, animales, equipos de trabajo, ancianos, enfermos, disminuidos físicos y niños. De esta manera, todo quedaría bajo la mirada permanente de un Big Brother que controlaría los movimientos de los seres humanos, objetos y animales. Con esto, nace quizá una nueva era de la comunicación y de la localización. El GPS (Sistema de Posicionamiento Global Satelital) antes era utilizado únicamente por la NASA y por el departamento de defensa de los Estados Unidos. Ahora deja la esfera orbital y se instala en los hogares particulares. “Lo innovador de este nuevo sistema consiste en introducir una tarjeta en el móvil que sea capaz de recibir la señal Gps y de realizar los cálculos de posición. Además debe comunicar esos datos por la red de telefonía móvil a un servidor”, explica Jaime Saiz Santos, ingeniero de telecomunicaciones. El dispositivo de localización es una tarjeta plana que puede adquirir varios aspectos: convertirse en un brazalete para tener controlado al anciano, en un pequeño artilugio para prevenir robos de los coches, en una pulsera para proteger a las mujeres de sus maltratadores o en un muñeco para controlar al niño o al joven. Es la democratización del espionaje más sencillo puesto que está al alcance de todo el mundo. Pero esto genera sus problemas. Dependiendo del uso que se haga de él, la intimidad puede verse amenazada. En el caso de los niños, “su uso es legal puesto que es un menor. Sin su autorización, el padre puede utilizarlo. Pero es cierto que la libertad individual del niño puede verse vulnerada”, comenta el abogado, V.C. “La duda se plantea sobre todo en jóvenes de entre 16 y 18 años. A un chico de 16 años parece lógico pedirle su consentimiento porque no hacerlo cruzaría la frontera de lo legal ya que el adolescente podría acudir al fiscal de menores y que éste le diera la razón”, explica V.C. Utilizarlo con personas mayores de edad es más sencillo. Siempre se necesita su autorización. “Si el adulto lo aprueba, consiente una falta de intimidad tolerada”. Sólo en el caso de que sea un incapacitado, el tutor decidirá por él. El mundo queda entonces bajo la mirada de un gran navegador. El ojo del Big Brother puede verlo todo. Las cámaras rodean los semáforos, las tiendas, los bancos, las calles,... Los coches están marcados con un chip. Las mascotas también. Ahora las personas, los niños, los enfermos pueden localizarse con una pequeña tarjeta y, en unos años, todos los móviles llevarán incorporado un receptor Gps. Con sus ventajas y sus inconvenientes, llega en el siglo XXI, la nueva era de los Gps.