JUICIO 11-M
Los principales acusados niegan su implicación a pesar de las pruebas
Por Irene E. Sánchez4 min
España24-02-2007
"No sé por qué estoy en el juicio", "no estuve en Leganés" o "no estuve en esa casa" son algunas declaraciones de los implicados en el juicio del 11-M y que afirman no tener relación alguna con los hechos acontecidos el fatídico 11 de Marzo de 2004. En contra de las pruebas genéticas que demuestran su participación en éstos, siguen la línea de las anteriores declaraciones y niegan absolutamente cualquier tipo de implicación en la masacre.
Tanto Abdelmajid Bouchar como Basel Ghalyoun, acusados de ser los autores materiales del atentado del 11 de Marzo, han negado tales acusaciones. De esta forma, Bouchar afirmó repetidas veces que jamás había estado en el piso de Leganés, donde precisamente tuvo lugar el suicidio de los presuntos autores de la masacre. Las pruebas, no obstante, demuestran lo contrario. Tal es así, que documentos pertenecientes al acusado, como el pasaporte o el abono de transporte, fueron encontrados en los restos que quedaron tras la explosión en el edificio, acontecida el pasado 3 de abril de 2004. El acusado sostiene que ambos documentos se le perdieron o bien le fueron hurtados a finales del mes de marzo de ese mismo año y afirmó que denunció tal pérdida debido a que esperaba encontrarlos pronto. Además de ello, unos huesos de dátil encontrados en una bolsa de basura, que según la policía él mismo bajó a tirar, han aportado el perfil genético del acusado, pero ante tales acusaciones por parte de la fiscal, Bouchar ha preferido mantenerse en silencio. En relación con su hallazgo en el piso de Leganés, Basel Ghalyoun tampoco reconoció su autoría, a pesar del encuentro de un gorro que contenía el ADN del acusado. Sus argumentos se basaron en que éste pudo haber sido llevado al piso por un amigo allí su amigo, Rifaat Anouar Asrih, que murió a su vez en el suicidio del 3 de abril. Ghalyoum conoce a varios de los implicados en el delito. Uno de ellos, el presunto autor intelectual del atentado, Serhane El Tunecino, considerado como su primer contacto en el país, tras llegar el año 2001. Además, Ghalyoun conocía a Fouad el Morabit, pues compartía con él el local donde vivía. No reconoce sin embargo tener relación con Jamal Zougam, aunque sí afirma que acudió a su tienda de Lavapiés para adquirir una funda de teléfono, que asegura le resulta más barato que en otros sitios. Ante la supuesta huida de Bouchar tras el suicidio colectivo de Leganés, éste comentó que su viaje por Europa se dio debido a que tenía miedo a los malos tratos de la Policía cuando les vio merodear la zona cercana a su residencia. Según el acusado, recorrió siete países europeos con tan sólo 1.600 euros y sin documentación alguna, lo cual se ha negado a argumentar. Hay además un testigo presencial de su estancia en la estación de Entrevías y él afirma sin embargo que la aparición de su imagen en los medios ha provocado que cualquiera hoy pueda reconocerlo. Ambos Bouchar y Ghalyoun condenan los atentados del 11-M. Bouchar afirma a su vez que España es un país amigo y que en él conserva numerosos amigos. "Todavía no sé por qué estoy en este juicio" El final de la tercera jornada de la semana pasada concluyó con los interrogatorios a los supuestos materiales cerrados. Jamal Zougam comenzó su declaración la segunda jornada y la pasada semana volvió a negar su participación, además de condenar la masacre. "Todavía no sé por qué estoy en este juicio" fue su última declaración. Por su parte, las intervenciónes de Mouhannad Almallah Dabas y Fouad el Morabit se caracterizaron por sus deiscrepacias en torno al que etsa considerado como el líder material d ela matanza El Tunecino. Almallah, que era el casero del local de la calle Virgen del Coro en el que vivían tanto Ghalyoun como Fouad el Morabit, calificó a El Tunecino como una persona violenta. Por el contrario Fouad el Morabit, sí que reconoció la radicalidad del mismo, aunque aseguró que no era violento. La última jornada del juicio estuvo marcada por la consideración de temas relacionados con el tráfico de drogas y la delincuencia común bajo el mandato de este último. Rachid Aglif, amigo de El Chino, aseveró que en octubre de 2003 se dio una reunión en el Mc Donalds de Carabanchel en la que se habló del intercambio de explosivos por hachís. Los reunidos fueron, según Aglif, Emilio Suárez Trashorras, Jamal Ahmidan y Rafá Zouhier. Sentados en mesas aparte, y ajenos a la negociación, según la declaración de Aglif, estaban él, Carmen Toro y otro chico. Abdelilah el Fadual el Akil conocía de cerca a El Chino y también declaró la última jornada. Junto a él a su vez Hamid Ahmidan, que fue el que más información aportó acerca del mismo y primo de éste. De tal forma insistió en que un día su primo no le dejó entrar en su finca, en la que precisamente se encontraba un Toyota Corolla, perteneciente presuntamente a Emilio Suárez Trashorras. La última vez que Hamid vio a su primo fue tras la masacre del 11 de marzo.