EMPRESAS
Comienzan las declaraciones en la Audiencia Nacional por el ‘caso Sintel’
Por Elena De Román Martín
2 min
Economía18-02-2007
En 2001, el Paseo de la Castellana se convirtió en el lugar donde los trabajadores de Sintel montaron el Campamento de la Esperanza para protestar por la quiebra de la empresa, que dejó en la calle a unos 1.700 trabajadores. Ahora, seis años después, el ex presidente de Telefónica, Juan Villalonga, ha declarado en la Audiencia Nacional.
Villalonga, imputado en el caso Sintel ha explicado que él no supo jamás nada sobre la venta y posterior quiebra de la ex filial de Telefónica. El imputado ha precisado que la venta de Sintel la cerró su predecesor en el cargo, Cándido Velázquez, y que él se limitó a “ejecutar los acuerdos de venta” que llevaron a la quiebra de la empresa. Villalonga está implicado en un delito de insolvencia punible, según un escrito de la Fiscalía Anticorrupción. También han sido llamados a declarar el ex secretario general de la compañía, José María Millet, y otros ocho ex directivos de la empresa. La Fiscalía reconoce “cuatro hechos de especial referencia” como agravantes y causantes de la declaración de insolvencia de Sintel. El primero de ellos fue la venta en 1996 de Sintel a la empresa MasTec. Otra de los agravantes fue la firma de un contrato de reconocimiento de deuda entre Telefónica y MasTec en 1998, en el que la propia Sintel era el aval de la compra. Además, existía otro contrato por el que la empresa MasTec Internacional realizaba la transmisión de la venta del 87 por ciento de las acciones a cinco sociedades, cuatro de ellas domiciliadas en las Islas Vírgenes bajo el nombre de varios imputados en el caso. Finalmente, el fiscal ha establecido que las filiales de Sintel situadas en Argentina, Perú, Venezuela, México, Chile y Brasil también fueron transmitidas a las cuentas citadas, por lo que pueden salir a la luz “nuevos imputados”. El abogado de los trabajadores afectados, Francisco Hernando, ha expresado su “gran sorpresa” ante la actitud de Villalonga. En la actualidad, de los 1.600 trabajadores, 470 están prejubilados, 300 contratados en Sintratel, una empresa propia que crearon los propios ex empleados, y 800 en el paro. Después de seis meses de campamento en el Paseo de la Castellana, el Plan Global de actuaciones parecía el fin del conflicto. Sin embargo, el portavoz de los ex trabajadores, Adolfo Jiménez, ha señalado que “las promesas se las lleva el viento” y que sólo se cumplió la recolocación de quienes tenían más de 50 años. Por este motivo, los miembros de Sintel continuaron con sus protestas y se separaron definitivamente de los sindicatos.