Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

INFANCIA

Los niños más felices de occidente

Por Leticia Prado Tiempo de lectura1 min
Sociedad16-02-2007

Es mejor ser niño en Holanda que en el Reino Unido. Ésa es la conclusión que se puede sacar de un estudio realizado por Unicef sobre bienestar infantil. La relación con los padres, la salud o la educación son algunos de las categorías que se incluyen en el informe Pobreza infantil en perspectiva: Análisis de la calidad de vida infantil en los países ricos.

Jonathan Bradshaw, de la Universidad británica de York, ha sido el encargado de llevar a cabo el primer estudio sobre el bienestar de los niños occidentales. Han sido evaluados 21 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). De todos ellos, los peor parados son Estados Unidos y Reino Unido. Ambos se encuentran en la cola de la clasificación en cualquiera de los parámetros que se han tenido en cuenta. Estados Unidos es el vigésimo en el listado general, por delante de Inglaterra, que ocupa el último puesto. Mientras, los países del norte de Europa encabezan la lista. Se han manejado seis criterios para elaborar el informe: bienestar material, salud y seguridad, bienestar educativo, relaciones familiares y con otros niños, conductas y riesgos, y bienestar subjetivo. Todos ellos evaluados y cuantificados según diferentes criterios. Ninguno de estos países desarrollados ha conseguido mantenerse igualado en todas las categorías. Una de las conclusiones que se pueden sacar del estudio y que más ha llamado la atención es que la riqueza y el bienestar no van necesariamente unidos. Países como la República Checa están mejor situados que Japón o Estados Unidos, claramente más ricos. La pobreza infantil se sitúa por encima del 15 por ciento en países como España, Italia, Portugal, Nueva Zelanda o Estados Unidos. Ha resultado curioso que dos países tan ricos ocupen los últimos puestos. Pero otro dato que ha sorprendido es que, todos aquellos que ocupan lugares elevados en cualquiera de los parámetros, en la calidad de las relaciones familiares bajan considerablemente. Ninguno de los países analizados han superado todas las condiciones que se han tenido en cuenta. Unicef cree que aún queda mucho por hacer y que todos pueden mejorar.