LIBERTAD DE EXPRESIÓN
Condenan a dos periodistas marroquíes por publicar chistes sobre el Islam
Por Marta Borrachero Villar
2 min
Comunicación22-01-2007
El director y una redactora del semanario en lengua árabe Nichane en Marruecos, Dris Ksikes y Sanaa al Aji, han sido condenados a tres años de prisión por “atentar contra la religión musulmana” y “contra la institución monárquica”.
El tribunal de Primera Instancia de Casablanca ha condenado al director del semanario marroquí Nichane y a una de sus periodistas a tres años de prisión. Además han sido sancionados con de una multa de 80.000 dirhams (alrededor de 7.500 euros), equivalente a su salario anual. La revista permanecerá cerrada durante dos meses. El pasado 9 de diciembre el semanario árabe había publicado un amplio artículo titulado: “Cómo se ríen los marroquíes de la religión, del sexo y de la política”, en el que analizaban algunos de los chistes que circulan en el país sobre cuestiones tabúes como la religión o la monarquía alauí. Estos chistes narraban anécdotas de contenido sexual sobre Dios y el profeta Mahoma, y, además, anécdotas críticas sobre el desaparecido rey Hasan II de Marruecos. El director del semanario, Dris Ksikes, y la periodista Sana al Ayi, autores del artículo, fueron inculpados de los delitos de "ofensa a la religión musulmana" y "publicación y distribución de escritos contrarios a la moral y las buenas costumbres". Asimismo, el primer ministro, Driss Yetú, decretó a finales de diciembre el cierre de la revista al considerar que atentaba contra la ley. El código de prensa marroquí establece que cualquier información que "atente contra la religión musulmana, la monarquía y la integridad territorial", debe ser censurada. El pasado 12 de enero, el Sindicato Nacional de la Prensa Marroquí (SNPM) criticó al fiscal del tribunal de primera instancia de Casablanca que solicitó penas de prisión y la inhabilitación profesional para el director y la periodista del semanario Nichane. El juez de Casablanca se ha mostrado “benevolente”, ya que se ha limitado a prohibir la edición de la publicación por un periodo de dos meses – y no definitivamente –, y ha prohibido que ambos periodistas escriban en otro medio de comunicación.