CRÍMENES DE GUERRA
Un juez ordena "buscar y capturar" a los militares que asesinaron a Couso
Por Fátima Mazloum Martín
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Comunicación22-01-2007
En busca y captura. Tres militares norteamericanos tienen una orden de detención internacional por el “asesinato” de José Couso. El reportero de Telecinco y el periodista de Reuters, Taras Protsyuk, murieron el 8 de abril de 2003 por un ataque en el hotel Palestina de Bagdad, donde residían todos los informadores.
En octubre de 2005 se archivaba esta causa por ser justificado como “acto de guerra contra enemigo erróneamente identificado" frente a un “acto intencional doloroso”. Además, la Sala del lo penal consideró a España incompetente para juzgar a los militares norteamericanos. En respuesta, el Tribunal Constitucional sentenció a la Justicia Española como competente de juzgar el caso y de poder juzgar delitos de genocidio y crímenes contra la humanidad fuera de España. Así el juez de LA Audiencia Nacional, Santiago Pedraz, reabre el caso Couso tras el recurso presentado por la familia del camarógrafo de Telecinco. El sargento Thomas Gibson, el capitán Philip Wolford y el teniente coronel Philip de Camp son los tres militares con orden de busca y captura a efectos de extradición, al ser los responsables del carro de combate que acabo con la vida del Couso y de Protsyuk. Las autoridades estadounidenses se negaron a entregar a sus militares, pero en el caso de que viajen a cualquier país con tratado de extradición firmado con España, serían detenidos. El ex Fiscal General de Estado, Leopoldo Torres, defiende a la viuda e hijos del reportero. Asimismo, el juez Pedraz ha solicitado la posibilidad de proceder al embargo de los bienes de los inculpados, en caso de que fuesen sentenciados a pagar daños a la familia del fallecido. Reporteros Sin Fronteras también se ha hecho eco de este caso y ha señalado que “la aprobación por unanimidad del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de la resolución 1738 sobre la protección de los periodistas en los conflictos armados, viene a recordar que la muerte de los profesionales de la información ya no debe verse como una fatalidad", destacó la organización.