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AUTONOMÍAS

Miguel Ángel Revilla, un terremoto en la Moncloa

Por Nacho Fernández GutiérrezTiempo de lectura1 min
España18-01-2007

Desde que fuera por primera vez a la Moncloa y su chofer se perdiera por las calles de Madrid, el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, no duda en coger un taxi para acudir a sus citas con los respectivos inquilinos monclovitas. Y como siempre, llega con una gran sonrisa y una bolsa llena de latas de anchoa y de polémicas.

Revilla y el líder del Ejecutivo Zapatero mantuvieron un encuentro, no sin antes haberse producido el ya ritual de saludo del presidente al amable taxista que ha traído a Revilla. A su salida, el presidente cántabro dio fe de que había cumplido sus deberes, pues gobierna en la comunidad con tan sólo 8 diputados de 38 gracias al PSOE. Durante la rueda de prensa posterior al encuentro, Revilla fue preguntado por la filtración a la prensa del lápsus de Zapatero en el que calificó como un accidente el último atentado de ETA durante la celebración de la III Cumbre de Presidentes Autonómicos. Revilla reconoció que desconocía si había alguien grabando en el interior de la sala de reunión, no obstante recordó como después del error del presidente el único que salió al baño fue el líder de la Rioja, Pedro Sanz. “Blanco y en botella y lo dan las vacas, en este caso vino porque es de la Rioja”, sentencio. Para terminar de granjearse enemigos en el Partido Popular, Revilla mostró su negativa más palpable a la postura que mantiene el líder de la oposición, Mariano Rajoy, de cara a la estrategia antiterrorista del Gobierno y dijo que "y si a este señor, ahora le tocara gobernar, ¿qué vamos? ¿A la guerra civil?". Desde el PP se ha exigido una disculpa por el oprobio lanzado, pero Revilla estima que no debe disculparse por nada. Por otro lado durante su reunión con el presidente tan sólo se trataron asuntos autonómicos. Según dijo, Zapatero ni siquiera le informó de la reunión que iba mantener minutos después con el lehendakari, Juan José Ibarretxe. Además Revilla aseguró la presencia del líder del Ejecutivo en Comillas (Cantabria) en menos de 40 días para impulsar un proyecto de difusión del castellano.