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CINE

Muere Robert Altman, el director que se resistió a Hollywood

Por Eduardo IglesiasTiempo de lectura2 min
Espectáculos20-11-2006

Robert Altman siempre se negó a formar parte de ese microcosmos que pretende definir al cine mundial que es Hollywood. Como director americano siempre parecería que debía aspirar a las superproducciones financiadas en Los Ángeles, pero Altman fue independiente de principio a fin. La muerte le llegó el pasado 20 de noviembre a los 81 años y con una película recién terminada, A Prairie Home Companion.

Comenzó a trabajar en el gremio audiovisual después de la Segunda Guerra Mundial. Se inició en documentales y cine industrial para después pasar a televisión, a series como Alfred Hitchcock presenta, Bonanza y The Roaring 20´s. Su primer largometraje de ficción fue The delinquents, el inicio de una trayectoria de más de 50 filmes para cine. Con M.A.S.H. empezó a tener repercusión más allá de cine independiente y fue definiendo algunas de sus claves para su filmografía: la crítica de la sociedad americana, los repartos corales -sin, por ello, descuidar a los personajes- y la mezcla de estrellas de Hollywood con actores independientes. También le llegó su primer candidatura al Oscar. Tuvo siete y no ganó ninguna hasta que en 2006 se le entregó el Oscar honorífico. Siguió adelante con filmes como Nashville; Búfalo Bill, con Paul Newman y Geraldine Chaplin; Popeye con Robin Williams; Vincent & Theo, y El juego de Hollywood, precisamente una visión muy negra de los entresijos del mundo del cine, donde ya contaba con multitud de cameos. Su carrera dio un salto a gran escala con Vidas cruzadas, la primera de una larga lista de cintas sobre historias que se entremezclan, además de un gran éxito -nominación al Oscar incluida- con un reparto que incluía a Jack Lemmon, Andie McDowell, Robert Downey Jr., Lily Taylor y Tom Waits. Inmediatamente después llegó Prêt-à-Porter, donde consiguió lo que pocos han logrado: que Hollywood fuese a él, con numerosas estrellas de varios países peleándose por trabajar con él. Esta situación se mantuvo en todos sus títulos posteriores, aunque Altman siguió haciendo lo que él quería, incluso marcharse a rodar a Inglaterra. Volvió a repetir candidatura al Oscar con uno de sus últimos filmes, Gosford Park, la antepenúltima antes de A Prairie Home Companion, su última cinta, que ya olía a despedida.