ETA
Francia y España discrepan públicamente sobre la marcha de la negociación
Por Antonio Pérez3 min
España25-11-2006
El país galo confirmó al Ejecutivo español que el robo armamento registrado en Nimes correspondía a ETA y que la banda sigue activa en Francia, por lo que el proceso de paz, tal y como anunció el presidente Rodríguez Zapatero, podría verse gravemente afectado.
España y Francia no parecen ponerse de acuerdo en el denominado “proceso de paz” y el fin del terrorismo en el País Vasco. No sólo por la negativa del país vecino a entrar de lleno en el debate político –algo exigido por los interlocutores de la izquierda abertzale desde el comienzo del alto el fuego de ETA-, sino también por los puntos de vista que expresan sobre la actitud de la banda terrorista. Después del robo de 350 armas en una armería cercana a Nimes, Francia confirmó hace unos días que el delito había sido llevado a cabo por ETA. En el momento en el que se supo que habían sido sustraídas las pistolas, el jefe del Ejecutivo español, José Luis Rodríguez Zapatero, advirtió que, en el caso de que se confirmara la autoría de la banda terrorista, habría “consecuencias” en el proceso aunque, eso sí, manifestó que no serían públicas. El envite de la banda al proceso era una manera ostentosa de dar a conocer que aún tiene capacidad para reorganizarse y cometer actos delictivos, una prueba de fuerza ante el pulso que prácticamente desde el pasado mes de agosto vienen manteniendo el Gobierno con el entorno de la banda. Por el momento, aunque el presidente no ha determinado a qué se refirió al hablar de “consecuencias”, se podría haber dilatado la posibilidad de un gesto público a favor del acercamiento de presos o un paso adelante para respaldar un proceso de paz que vive, según los agentes implicados, sus horas más bajas. En este sentido, el portavoz de los socialistas en el Congreso de los Diputados, Diego López Garrido, se refirió al incidente asegurando que, en estas condiciones, es “imposible e incompatible” seguir adelante con la hoja de ruta prevista. Entre otros aspectos, porque no se cumpliría el requisito que el Gobierno exigía para empezar las negociaciones con la banda: el fin de todo tipo de violencia. Por este motivo, además de por el aumento de la kale borroka y las manifestaciones violentas, se podría estar viviendo –esta vez, por parte tanto de los interlocutores gubernamentales como por los de la izquierda abertzale- una crisis en el proceso de paz Por otra parte, las opiniones de Francia y España sobre los planes de ETA también son bastante distintas. Mientras el Ejecutivo central considera que se vive una crisis en el proceso, pero que aún no está paralizado, Francia afirma públicamente que duda sobre la voluntad de ETA de llevar el proceso hasta sus consecuencias finales. Según las fuerzas policiales francesas, la banda sigue desarrollando actividades con fines ilegales en el país de manera habitual, como antes del alto el fuego, y que incluso se ha registrado un aumento de las acciones en el centro-sur del país. De hecho, también llegaron a afirmar que había más de 500 militantes de ETA preparados para fortalecer a la banda en el caso de que las negociaciones no llegaran a buen puerto. Desde España, el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró que no se pueden conocer esos datos con exactitud y que, de todos modos, “nunca han sido tantos”. Del mismo modo, el ministro abogó por la discreción a la hora de informar sobre la marcha del proceso y las actuaciones que se están llevando a cabo en Francia. A pesar de los datos contradictorios y los distintos puntos de vista, Pérez Rubalcaba aseguró que no había ninguna discrepancia ni ningún tipo de descoordinación con el país vecino.