IRAQ
Cadena perpetua para un soldado de EE.UU. que mató a una familia
Por Salva Martínez Más2 min
Internacional18-11-2006
Los abusos de las tropas estadounidenses en Iraq tienen como ejemplo por excelencia las torturas cometidas en 2003 por la compañía de la Policía Militar estadounidense encargada de la prisión bagdadí de Abu Ghraib. Esas vejaciones podrían no tener parangón pero la semana pasada una corte marcial de EE.UU. castigó con cadena perpetua a un soldado implicado en un caso que impide considerar Abu Ghraib como una excepción.
Es el caso de violencia militar estadounidense contra civiles iraquíes "más dantesco" de los cometidos hasta ahora, según el periodista del The New York Times, Paul Von Zielbauer. El adjetivo empleado por Zielbauer no es excesivo. El sargento Paul Cortés y los soldados James Barker, Jesse V. Spielman y Bryan Howard se encontraban de servicio en la localidad iraquí de Mahmudiya, a unos 30 kilómetros al sur de Bagdad. “Un día, mientras estábamos jugando a las cartas y bebiendo whisky, surgió la idea de ir a una casa iraquí, violar a una mujer y matar a su familia", declaraba el sargento en agosto. Y así fue. No porque Barker se declarara "culpable" el pasado martes de haber violado, y asesinado, no a una mujer sino a una niña de 14 años y a su familia, a saber, sus padres y sus hermanas de siete años de edad. La investigación ya había reunido las pruebas suficientes para dar cuenta de la responsabilidad de los cuatro militares estadounidenses en la muerte de la familia. "Dada la evidencia, era muy posible que Barker recibiera la pena de muerte o la cadena perpetua", según declaraba el abogado defensor del soldado, David Sheldom. Así, que su defendido se considerase "culpable" además de que se ofreciera a declarar como testigo contra los otros tres militares tiene más que ver con el hecho de reducir la dureza de la condena que dictó la semana pasada la Corte marcial que con dar cuenta de su culpabilidad. De resultas, el coronel Richard Anderson, el presidente del Tribunal, dictó sentencia el viernes pasado, condenando al soldado a "ser confinado para el resto de su vida, con la posibilidad de obtener la libertad condicional". Se trata de la pena de mayor duración jamás impuesta a un soldado estadounidense, incluso cuando, se baraja la posibilidad de que Barker abandone la prisión en unos 20 años. El caso que protagonizan Barker, Cortés, Spielman y Howard, el quinto en el que se juzga a militares estadounidenses supuestamente responsables de cometer actos violentos contra civiles iraquíes, da cuenta de la escasa moral de unas tropas que trabajan para una reconstrucción iraquí en la que casi todo está todavía por hacer. Cuando Anderson preguntó a Barker por qué había participado en semejante ataque, el segundo respondió: "odiaba a los iraquíes, señor. Pueden sonreírte y luego dispararte sin ni siquiera pensar en ello".