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CENTENARIO

La galería Tate no quita hierro al centenario de David Smith

Por María AyudaTiempo de lectura2 min
Cultura05-11-2006

La Tate Modern, una de las dos galerías Tate que se encuentran en Londres, ofrece durante el mes de noviembre y hasta el 21 de Enero, la exposición David Smith: Sculptures. En esta ocasión podremos disfrutar del período más maduro del artista con esculturas realizadas entre las décadas de los 50 y 60, algunas de las cuales se juntan por primera vez en Londres.

Si hacemos un pequeño repaso por la biografía de David Smith, tenemos que decir que nació en 1906 en Dacatur, Illinois, en el estado de Indiana. Hijo de un mecánico, desde pequeño le cautivó el mundo de los trenes y raíles. Así, comenzó a trabajar en una fábrica de coches a los 19 años como soldador, lo que le serviría para desarrollar un profundo respeto hacia materiales como el hierro o el acero. Como en alguna ocasión el mismo Smith comentó, el metal poseía un pequeño pedazo de la historia del arte para él, reuniendo en sí mismo los principales elementos que consagraban nuestro siglo: el poder, la estructura, el progreso, la destrucción, la brutalidad. Sus trabajos recogen el espíritu de transición de la América rural a la sociedad urbana e industrial que ha dado paso al país que ahora conocemos. La evolución que sufrió el escultor a lo largo de su vida queda patente en cada obra. Siempre un mismo estilo, crítico y creativo, para unas obras que rompían con lo tradicional, en cada época de diferente manera. En sus primeros trabajos se puede apreciar la influencia de artistas europeos como Pablo Picasso, Julio González o Alberto Giacometti, que le llevaron a experimentar las corrientes artísticas del momento. Prueba de ello, son sus primeras obras cubistas, en las que destinaba grandes esculturas abstractas con formas de cubo de acero para espacios naturales. Entre los 30 y 40, la influencia del surrealismo y el constructivismo, llevó al escultor a crear distintas series de esculturas. Ese es el caso de 'Agrícola', conjunto de esculturas híbridas que relacionaban figuras antropomórficas y totémicas. A medida que pasaba el tiempo, el artista, a la par que la persona, iba evolucionando hacia un estilo más propio. Así, ya en los años 50, los trabajos de Smith se vuelven cada vez más abstractos, experimentando hacia una geometría neocubista, como ocurría en 'Zig', trabajo en el que juega con el equilibrio entre cubos y paralelepípedos. Pero si hablamos de alguna escultura representativa, tenemos que mencionar su obra Medallas para el deshonor, donde pequeños medallones con figuras inspiradas en Bosch, Otto Dix, Brueghel o el Picasso del Guernica sirven al escultor para denunciar los desastres del conflicto de la Guerra Civil. Cien años después del nacimiento de uno de los hombres que revolucionó el arte de la escultura en Estados Unidos, podemos seguir disfrutando con sus obras.