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ELECCIONES CATALANAS

A CiU ya sólo le queda la opción de la socioconvergencia

Por Enrique García GarcíaTiempo de lectura2 min
España05-11-2006

La búsqueda de compañero de cama, el gran juego de la política ya se ha iniciado en Cataluña. Las reglas son muy simples: el primero que encuentre un compañero fuerte capaz de mantenerse leal ganará el Gobierno de la Generalitat.

En ese sentido, ha sido Esquerra Republicana la primera en mover ficha. Su líder anunció su intención de iniciar el diálogo para reeditar un Gobierno de coalición con el PSC de José Montilla e ICV de Joan Saura. Esta apuesta de los republicanos por el Tripartito se produce después de haber mantenido diversas reuniones con todos los candidatos. Carod Rovira argumentó su postura como la opción de formar un Gobierno "desde Cataluña y para Cataluña". Al otro lado se encuentra Convergencia i Unió (CiU), con Artur Mas a la cabeza, que fue la estricta ganadora de unos comicios que brillaron por la alta abstención. No obstante, los 48 escaños que ha obtenido no alcanzan la mayoría absoluta. Se necesitan 68 en total para formar gobierno y es por ello que los pactos postelectorales decidirán el gobierno de la Generalitat. Conscientes de ello y de la importancia que tendrían los votos de ERC, Mas dirigió una potente oferta con la que tentar a los republicanos: nada menos que meter a Carod Rovira en el Govern como primer consejero -algo a lo que el PSC, de momento, se niega en redondo- y dar a la formación la consejería de cultura y el control de los medios públicos catalanes a través de TV3. Estos puestos permitirían a ERC controlar, por ejemplo, la política lingüística en Cataluña. Desde ERC aseguraron que estudiarían la "generosa oferta", sin embargo parece que finalmente la han desestimado. De este modo y en caso de que los independentistas mantengan su postura, a CiU tan sólo le quedaría la opción de una gran alianza con el PSC. El socialista José Montilla rechaza la posibilidad de una socioconvergencia. El candidato del PSC, a pesar de sus 37 escaños, no parece dispuesto a coger un puesto secundario en la Generalitat. Por consiguiente, CiU dice que “ahora es Carod quien tendrá que justificar cómo rechaza ser consejero jefe en un Gobierno nacionalista”, aunque el líder de Esquerra sigue decantándose más por una reedición del tripartito (que podría sumar 70 escaños). A esto hay que sumarle que no existe una tradición de colaboración entre CiU y ERC, y, de hecho, el propio Mas decía durante la campaña que en ERC pesa más la animadversión por CiU que el interés del país. Siempre cabe la posibilidad de que Mas pretenda solamente presionar al PSC para que se decidan a aceptar la socioconvergencia. Al fin y al cabo, fue la presencia de Carod en la primera consejería la que generó algunos de los más importantes problemas del tripartito de Maragall, y eso, CiU tampoco lo olvida.