Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

LIBERTAD DE PRENSA

Anna Politkovskaya denunciaba en su reportaje las torturas a chechenos

Por Silvia Álvarez-BuyllaTiempo de lectura3 min
Comunicación15-10-2006

La periodista rusa fue asesinada un día antes de publicar un polémico artículo sobre crímenes chechenos que criticaba la política del gobierno de Putin. El bisemanario para el que trabajaba ha recuperado sus cartas, sus papeles y sus carpetas sobre aquél tema que tanto preocupaba a los asesinos. Nóvaya Gazeta revela así las primeras informaciones de su reportaje.

La periodista rusa, un día antes de su muerte, anunció en una programa radiofónico que iba a publicar aquellas controvertidas informaciones, perfectamente contrastadas y con fuentes, imágenes y videos que demostraban la verdad de cada una de las palabras que pensaba escribir. Sus escritos han sido recuperados y Nóvaya Gazeta revela que la periodista denunciaba las torturas a las que eran sometidos los jóvenes chechenos, con el único fin de culparles de un asesinato que nunca habían cometido. La reportera se expresaba en los siguientes términos: “Cada día tengo ante mí decenas de carpetas. Son las copias de los expedientes de las causas penales de personas encarceladas o que se encuentran bajo investigación por `terrorismo´. ¿Por qué la palabra `terrorismo´ entre comillas? Porque la mayoría de esas personas han sido designadas terroristas”, “en causas amañadas y sin pruebas”. La información se complementaba con testimonios de varias víctimas, que relataron a Politkovskaya cómo fueron secuestradas y torturadas por los miembros de los servicios de seguridad del primer ministro chechén, Ramzan Kadirov. Algunas declaraciones son tan alarmantes como esta: “... Después de que me extraditaron de Ucrania a Grozni me llevaron a un despacho y me preguntaron inmediatamente si yo había matado a la gente de la familia Salíjov(...). Juré que no había matado a nadie y que no había derramado la sangre de nadie, ni del checheno ni del ruso. Me dijeron: `No, tú los mataste´. Volví a negarlo. Después de que por segunda vez dije que no había matado a nadie comenzaron a golpearme. Primero, me dieron dos puñetazos en la zona del ojo derecho. Cuando recuperé el sentido después de esos golpes me torcieron los brazos y me esposaron con las manos por delante, y entre las piernas, por el costado, introdujeron un tubo para que yo no pudiera mover los brazos aunque ya estaba esposado. Luego (...)cogieron el tubo por el extremo al que yo estaba enganchado y me colgaron entre dos cajoneras, a una altura de cerca de un metro.” Estas líneas de su reportaje ponen de manifiesto la actitud critica de esta periodista hacia el gobierno de Putin. Por ello, los expertos que estudian su muerte creen que es posible que su asesinato fuera por encargo. A pesar de esto, el presidente de Rusia ha asegurado que su muerte “daña más al poder en Rusia y en Chechenia que las publicaciones críticas que escribió” y ha añadido que los autores de este “crimen inaceptable” serán “perseguidos y castigados”. Anna Politkovskaya fue asesinada a manos de unas personas que no querían que la periodista hablara. Con su asesinato, Rusia ha perdido a una gran informadora que luchaba por el derecho a la información. Sin embargo, aunque su voz quizá haya quedado silenciada, su forma de escribir, de investigar y de descubrir las verdades ocultas permanecerá para siempre en la memoria de los reporteros. Anna se ha convertido en un modelo a seguir para muchos periodistas, para todos aquellos que se esfuerzan día a día por luchar contra las injusticias y para aquellos que no callan nunca cuando descubren algo que daña la imagen de la autoridad de un país.