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PROTESTA POPULAR

¬Jarro de agua fría¬ en el aniversario del incendio en Guadalajara

Por Antonio PérezTiempo de lectura3 min
España19-07-2006

Hace ya un año que tuvo lugar un incendio en el Valle de los Milagros, en Guadalajara, que costó la vida a un total de once personas. En los actos de recuerdo por el primer aniversario, los vecinos de las localidades afectadas han decidido dar la espalda a los políticos. Les acusan de no haber atendido sus reivindicaciones y de ir sólo a hacerse “la foto”.

Hace ya un año que uno de los incendios que generaron más polémica se llevó por delante once vidas y más de 13.000 hectáreas en Guadalajara. La gestión de la catástrofe fue investigada por la Junta de Castilla La Mancha y el Ejecutivo central determinó que no se había podido prever las consecuencias. Después, varios eurodiputados fueron a la zona acompañados por ecologistas para comprobar la magnitud de lo que ocurrió. En el aniversario de los hechos, los vecinos de las zonas afectadas prepararon diversos actos en recuerdo de los once fallecidos. En uno de los funerales, celebrado en la iglesia del Fuerte de San Francisco, los familiares de nueve de los que perdieron la vida en el incendio abandonaron el templo al comprobar que habían reservado asientos para representantes públicos. Entre las autoridades que habían acudido se encontraba el alcalde de Guadalajara, Jesús Alique, el delegado de la Junta en Guadalajara, Ángel Padrino y el vicepresidente del Castilla La Mancha, Fernando Lamata. En el momento en el que los familiares comprobaron que no se habían cumplido las exigencias de tener un acto abierto a todos y sin protocolos, abandonaron el lugar como acto de protesta. Su salida coincidió con la entrada del presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, que acudía al funeral en compañía de miembros de su partido en Castilla La Mancha. “Estamos hartos de la manipulación, jugaron con nuestras vidas, nos abandonaron en todo momento y en las primeras 48 horas no estuvieron a nuestro lado”, aseguro el agente medioambiental Vicente Peinado. Por ese motivo justificó la acción de los familiares y exigió la dimisión de los políticos implicados. La polémica venía precedida de una manifestación ante la Delegación de Medio Ambiente, en la que varios familiares de los fallecidos exigieron una reunión con el delegado Sergio David González. Los funcionarios informaron de que González no iría en toda la mañana, pero cuatro de los manifestantes se encerraron en el despacho del delegado durante algunas horas. Otros simpatizantes les esperaron hasta que salieron con pancartas recordando a los fallecidos, criticando la labor de los políticos en el caso y pidiendo la dimisión, entre otros, del presidente de Castilla La Mancha, José María Barreda. Con todo, no es la primera vez en las últimas semanas en las que el líder del PP tiene que lidiar con este tipo de situaciones. Durante su campaña en contra del Estatut en Cataluña la presencia de grupos contrarios a las ideas de su partido trataron de boicotear diversos actos. Además del caso de Guadalajara –en el que las críticas fueron hacia los representantes públicos, sin distinción de signo político-, Rajoy también fue recibido de manera poco amistosa en Zamora y León, con abucheos y pitidos por parte de grupos formados, entre otros, por sindicalistas de UGT, que protestaban por la política sanitaria de la Junta de Castilla y León. “A cada sitio que voy, el PSOE me envía a UGT o a ellos mismos a organizarme un problema y a plantearme una reivindicación sobre cosas que no son de mi competencia”, afirmó Rajoy. El PSOE negó tal extremo y desde UGT pidieron una rectificación pública de Rajoy y subrayaron que el sindicato era un organismo independiente de cualquier partido.