CÉLULAS MADRE
George W. Bush frena la financiación para investigación con embriones
Por Alejandra Linares-Rivas2 min
Sociedad20-07-2006
Es la primera vez en seis años de mandato que George W. Bush emplea su derecho al veto. Y ha hecho uso de él por “los límites morales que rebasa” el proyecto de ley para experimentar e investigar con células embrionarias. Así, sigue en pie la legislación que permite conceder fondos únicamente a aquellas líneas de células madre creadas antes de agosto de 2001.
Al negarse a la aprobación de esta nueva ley, el presidente de Estados Unidos (EE.UU.), afirmaba que el traspasar ciertos límites morales ya “no permite dar marcha atrás” y “America no debe abandonar nunca sus fundamentos morales”. El portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, detalla el por qué del veto por parte del Presidente, y es que éste “cree que el asesinato es un error” y, precisamente por ello, “el presidente no va a caer en el error de coger algo vivo y después matarlo para servir a los propósitos de la ciencia”. Las reacciones en los medios de comunicación revelaban el profundo desacuerdo de gran parte la población con la actuación de su presidente. Para hacerse comprender y para ilustrar su negativa, Bush reunió a 25 niños en la Casa Blanca, con los que quería demostrar que, si se deja a una célula embrionaria seguir su curso natural se convierte en una de esas criaturas. Sin embargo, los 400.000 embriones que permanecían guardados en las clínicas de fertilidad a la espera de que esta ley les dotase una utilidad científica, no tienen ninguna oportunidad de seguir ese curso natural, porque sus padres genéticos y propietarios ya habían decidido descartarlos. Ya dieron su consentimiento por escrito para que en lugar de ser destruidas sirvieran a los científicos en su búsqueda de soluciones a enfermedades como el alzheimer, el parkinson o el cáncer, entre otras. En el discurso de George W. Bush respecto a este asunto, explicó que “a medida que la ciencia nos acerca la llave para abrir los secretos de la biología humana, también nos ofrece la tentación de manipular la vida y violar la dignidad humana”, pero que debe resistirse esa tentación. “Si esta ley se hubiera hecho realidad, por primera vez en la historia, los estadounidenses habrían financiado la deliberada destrucción de embriones humanos, y eso no lo voy a permitir”. Además, aportó que existen “alternativas éticas” y dio su palabra de potenciar los experimentos en esa línea para obtener resultados como los que hasta ahora derivan de la investigación con células embrionarias.