CIENCIA
Un implante permite controlar un ordenador con el pensamiento
Por Elena R. Blázquez2 min
Sociedad12-07-2006
Gracias a un sensor implantado en el cerebro, un paciente tetrapléjico es capaz de usar un ordenador, la televisión o mover una prótesis. El sistema funciona captando las señales electrónicas de las neuronas y amplificándolas para darles un uso.
Provocar acciones, pero no mover objetos. El cerebro no tiene la capacidad de producir una energía que bloquee o supere la fuerza de gravedad que actúa sobre los objetos, por eso no puede moverlos. Pero los electrodos de un sensor implantado bajo el cuero cabelludo sí que son capaces de detectar actividad en una zona del cerebro, que generan una señal eléctrica mínima, para poder ampliarla y transformarla en acciones. Leigh Hochberg es el director de un estudio, publicado en la revista Nature, cuyo objetivo es el de restaurar la función motora en pacientes afectados por lesiones medulares o cerebrales. Matthew Nagle, un joven de 25 años paralizado de cuello para abajo desde 2001 es uno de los voluntarios que ha colaborado con los científicos de la Universidad Brown, en Estados Unidos, para probar una prótesis neuromotora, el BrainGate. A lo largo de 57 sesiones, Matthew aprendió a utilizar el sensor imaginando que movía su propia mano y consiguió desplazar el cursor de un ordenador, coger pequeños objetos y controlar un brazo robótico. Él y otros participantes del experimento fueron capaces de cambiar su actividad neuronal rápidamente, e incluso mantener una conversación mientras usaban el sistema. Según los promotores del estudio, el mayor descubrimiento fue comprobar que, tres años después de la lesión, aún había señales motoras en el cerebro. Pero este sólo es el principio de un largo trabajo que se dirigirá a mover una silla de ruedas, una prótesis o, incluso, los músculos del paciente. Para ello es necesaria una tecnología sin cables y lograr reproducir los movimientos en tiempo real, así como reducir el tamaño de los dispositivos a la vez que aumentar su tiempo de duración. Un estudio paralelo a éste, realizado con monos, trata de conseguir que los pacientes escriban. Se trabaja con el pensamiento anterior a realizar la acción, así que los investigadores pudieron predecir los movimientos antes de que éstos se realizaran. Las señales emitidas por el cerebro podrían llegar a mecanografiar.