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FÚTBOL

Recreativo, ¬Nàstic¬ y Levante se ganan un sitio entre los grandes

Por Alejandro G. NietoTiempo de lectura3 min
Deportes18-06-2006

La temporada de Segunda División volvió a dejar patente la igualdad que impera en la categoría. Tan sólo Levante y Recreativo de Huelva cumplieron con su rol de favoritos. Xerez y Numancia se quedaron con la miel en los labios, tras mantenerse firmes hasta las últimas jornadas, pero el resto de gallitos, como Sporting de Gijón, Valladolid, Albacete y Tenerife, tuvieron que conformarse con salvar la categoría. El gran tapado fue el Gimnàstic de Tarragona, que logró su primer ascenso en 56 años y se erigió en el animador de la temporada, junto a Lorca, Ciudad de Murcia y Almería. También destacó el adiós, tras 18 temporadas, del Éibar.

Desde el comienzo de la temporada quedó claro quiénes ansiaban más el ascenso. Históricos como Tenerife y Sporting de Gijón mostraron pronto sus cartas, mientras los recién descendidos Numancia y Albacete sembraban dudas. Otros gallitos de la categoría, como Levante, Recreativo de Huelva y Xerez, también se destapaban como firmes candidatos al ascenso. Pero la gran igualdad imperante hacía que una pequeña buena racha situase a cualquier equipo en la parte noble de la tabla. Así, conjuntos como el Murcia, Valladolid y Hércules se crecían por momentos. Cumplido un tercio de la temporada, mientras se destacaba en cabeza un sólido Xerez, la cruda realidad del descenso se cernía en equipos de renombre, como Lleida, Racing de Ferrol y Éibar. Mientras, Ejido y Castellón se iban convirtiendo, poco a poco, en las cenicientas de la categoría. Conforme avanzaba la temporada el Xerez se mantenía intocable, aunque los goles del nigeriano Ikechukwu Uche, finalmente pichichi de la categoría, con 20 goles, permitían al Recre aguantar el tirón. Los dos equipos andaluces eran los únicos que conseguían mantener distancias en una tabla apretadísima, en la que apenas tres victorias separaban la lucha por el ascenso del pozo del descenso. En el grupo de perseguidores, Levante y Valladolid mejoraban en su juego. Pero la mayor progresión la experimentaron dos equipos que empezaban la temporada mirando a la permanencia: Lorca y Gimnàstic de Tarragona –el mejor equipo a domicilio–se hacían fuertes. Mientras, Albacete y Numancia se crecían en sus feudos y se establecían en la zona tranquila de la tabla. En cambio, el Tenerife tiraba al traste su buen arranque y se hundía. Aunque la zona caliente quedaba reservada, con amplio margen, para Ferrol, Éibar, Castellón y Málaga B. En el último tercio de la temporada sorprendió la caída del Xerez. La mala suerte de una intoxicación alimentaria supuso el punto de inflexión de una crisis de juego y resultados en el equipo más goleador. Mientras los de Lucas Alcaraz decaían, el Recre consolidaba su liderato y Nàstic y Lorca alcanzaban la soñada posición de ascenso. El Ciudad de Murcia, un Numancia revitalizado con la llegada de Andoni Goikoetxea y un Almería inexpugnable en su estadio se sumaban a una cerrada lucha por el ascenso. En la zaga, tan sólo Castellón y Tenerife levantaban cabeza, al tiempo que condenaban al Lleida a una temprana muerte anunciada junto a ferrolanos, malagueños y, toda una institución de la división de plata, el Éibar. La dura batalla por el ascenso centró las últimas jornadas. El Nàstic, que certificó su excelente segunda vuelta, y el Decano, que halló premio a su consistencia, lo lograron a falta de dos jornadas. El Levante, espléndido en la recta final de la temporada, se adjudicó el último billete para Primera, en detrimento de Lorca y Ciudad de Murcia, los únicos que aguantaron hasta el final.