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TOROS

César Jiménez revaloriza el Domingo de Resurrección en Madrid

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Espectáculos16-04-2006

Temple, sitio y cabeza. Éstos fueron los ingredientes de la receta mgaistral que le valió la puerta grande a César Jiménez. Si a ello se añade la sazón de haberla conseguido el Domingo de Resurrección -fecha tradicionalmente taurina en Sevilla-, quién le niega la propina a este representante de la nueva cocina del toreo.

Aunque aún le queda seguramente mucho tiempo por pasar ante los fogones para considerarse un chef de categoría, lo demostrado el domingo en la plaza de toros de Madrid por César Jiménez bien vale dejar macerar la receta. Jiménez venía avisando. En la Feria de La Magdalena de Castellón había cortado una oreja, que sumó a los tres apéndices logrados en la Feria de Fallas de Valencia. Luego llegó Madrid, donde la responsabilidad exige a los toreros dar con el punto exacto, como si esto del arte de torear fuera un guiso bien hecho. Llegó el día señalado y el torero anduvo suelto e inteligente con los toros de su lote. Les dio espacio y se gustó en algunos pasajes que le resultaron artísticos. Así, tras lograr un apéndice en cada una de sus actuaciones, el joven diestro logró el pasaporte suficiente para cruzar en volandas la puerta de Madrid. Sus compañeros de cartel, Miguel Abellán y Eduardo Gallo, fueron silenciados. Se lidiaron astados de Román Sorando, de diverso juego aunque válidos para el torero, como pudo verse en el caso del espada que logró la gloria. Al menos la expectación está servida de cara a las próximas actuaciones del torero, como la del próximo día 24 en Sevilla. Para entonces, César Jiménez se anuncia en La Maestranza con toros de Torrealta en compañía de César Incón y Matías Tejela. Mientras, Sevilla le espera e intenta olvidar la expectación baldía del Domingo de Resurrección. Es más, la afición se sumerge en la pasión derramada en las procesiones de Semana Santa, pues la Resurrección taurina no tuvo lugar esta vez en el ruedo de La Real Maestranza. Eso a pesar de que el domingo de la Pascua es el más importante del calendario taurino hispalense. Por ello se habían reunido en un mismo cartel César Rincón, José Antonio Morante de la Puebla y Manuel Jesús El Cid, que toparon con un encierro de Núñez del Cuvillo que les limitó bastante su actuación. Sólo El Cid loró dar una vuelta al ruedo tras estoquear al último toro del festejo.