TURÍN 2006
Noruega se queda ¬con la miel en los labios¬ en esquí
Por Alejandro G. Nieto
4 min
Deportes19-02-2006
Noruega, primera en el medallero en Salt Lake City con 13 metales dorados, ha sido la gran perdedora de esta primera semana de los Juegos. Pese a haber sido el segundo país que más medallas ha conseguido, 16, no ha sabido rematar y se ha quedado retrasada en el medallero al lograr sólo dos oros. Gran parte de culpa la ha tenido el fracaso de sus principales estrellas, Ole Einar Bjoerndalen y Marit Bjoergen, que, sin embargo, no han sido los únicos: el descalabro de los grandes favoritos se ha convertido en una constante en la mayoría de las disciplinas de esquí.
En esquí alpino, el francés Antoine Deneriaz dio la primera sorpresa al proclamarse campeón olímpico del descenso, después de dos años sin vencer en la Copa del Mundo. El veterano noruego Kjetil Andre Aamodt, cuarto, se quedó a las puertas de conseguir su octava medalla olímpica, pero se resarció después en el supergigante, al lograr el oro 14 años después de su primer triunfo. El estadounidense Bode Miller, que aspiraba a conquistar varios metales, falló en descenso, donde fue quinto, y fue descalificado en la combinada. En esta prueba también decepcionó el austriaco Michael Walchhofer, plata en el descenso, que se salió del recorrido. Todo ello permitió que otro tapado, el estadounidense Ted Ligety, triunfase. En la categoría femenina, no obstante, apenas hubo sorpresas. La alemana Michaela Dorfmeister se hizo con el oro en el descenso, donde las españolas Carolina Ruiz y Andrea Casasnovas ni siquiera estuvieron entre las 30 primeras, mientras que Leyre Morlans no acabó la prueba. En la combinada Janica Kostelic revalidó su título, mientras que Carolina Ruiz acabó vigésimo quinta. La derrotada en ambas pruebas fue la sueca Anja Paerson, que vio cerca la victoria pero tuvo que conformarse con la plata y el bronce respectivamente. En esquí de fondo, la líder de la Copa del Mundo, Marit Bjoergen decepcionó en persecución de 15 kilómetros, prueba en la que abandonó, y en 10 kilómetros estilo clásico, donde sólo pudo ser segunda. La gran triunfadora fue la estonia Kristina Smigun, número 14 de la clasificación mundial, que consiguió el oro en ambas disciplinas y se convirtió así en la primera atleta que suma dos medallas doradas en esta edición de los Juegos. Ni siquiera en los relevos tuvo suerte Noruega, que finalizó quinta en 4x5 km. y cuarta en sprint de 1,1 km., con sendas discretas actuaciones de Bjoergen. En tanto, Estonia confirmó su dominio en la especialidad con la victoria de Andrus Veerpalu en los 15 km. estilo clásico. Tobias Angerer, que partía como principal candidato al triunfo tuvo que conformarse con la plata y con un pobre duodécimo puesto en la persecución de 30 km., que ganó el ruso Eugeni Dementiev. La representación española apenas destacó: Laia Aubert Torrents y Laura Orgue se movieron en torno al puesto 60 en todas las pruebas, mientras que Diego Ruiz, 47 en los 15 km., y Vicente Vilarrubia, trigésimo segundo en los 30 km., consiguieron las mejores posiciones de los hombres. En biatlón, Ole Einar Bjoerndalen, cuádruple campeón olímpico en Salt Lake City, no pudo revalidar sus títulos de 20 kilómetros y persecución de 12,5 kilómetros, en las que logró la plata, y tampoco en sprint de 10 km. El alemán Michael Greis, el francés Vincent Defrasne y el también alemán Sven Fischer, consiguieron las respectivas preseas doradas. En féminas, sorprendió la expulsión de la rusa Olga Pileva, plata en la distancia de 15 km. Pileva dio positivo por carphedon, un estimulante desarrollado en su país a principios de los noventa, fue sancionada con dos años de suspensión y se le retiró la medalla. El español Luis Hernando Alberto no pudo acabar entre los ochenta primeros en ninguna de las pruebas en las que participó. La competición de saltos tampoco se desarrolló conforme a lo previsto: ni el checo Jakub Janda ni el finlandés Janne Ahonen, que mantienen una dura pugna por la Copa del Mundo, demostraron su verdadero potencial. El noruego Lars Bystoel, en trampolín corto, y el austriaco Thomas Morgenstern, en largo, se beneficiaron de ello para lograr dos inesperadas preseas doradas. Ahonnen, que sólo pudo ser sexto y noveno, y Janda, que acabó en las posiciones duodécima y décima, acusaron en ambas pruebas las condiciones atmosféricas adversas. Además, en combinada nórdica -prueba que aúna saltos y esquí de fondo- el alemán Georg Hettich relegó a la plata al austriaco Felix Gottwald, aunque luego, en la competición por equipos se intercambiaron los papeles y Austria se adjudicó el oro.