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TURÍN 2006

Jacques Rogge y Carlo Azeglio Ciampi abrieron los Juegos de Turín

Fotografía
Por Rocío SahagúnTiempo de lectura3 min
Deportes10-02-2006

Turín se metió de lleno en los Juegos Olímpicos después de una ceremonia inaugural de puro espectáculo, con un goteo de famosos que coronó, como sorpresa guardada, la ex esquiadora Stefania Belmondo, última relevista de la antorcha olímpica. Las coreografías, innumerables, y los juegos de luces de color, espectaculares, quisieron resaltar la cultura italiana y el espíritu de los Juegos Olímpicos de Invierno.

El estadio Olímpico de Turín se convirtió en una fiesta, a modo de antigua plaza romana decorada con un sello de modernidad y estilo italiano –no en vano el diseño corrió a cargo de Giorgio Armani–, por la que fueron desfilando bailarines, figurantes y atletas. La ceremonia contó con la presencia de más de veinte jefes de Estado y de Gobierno, aunque entre ellos no estuvo Silvio Berlusconi, y dejó más de dos horas y media de continuo impacto visual, con el padrinazgo de grandes personajes como el tenor Luciano Pavarotti, la modelo Carla Bruni, la actriz Sofia Loren y la ex esquiadora de fondo Stefania Belmondo, entre muchos otros. A lo largo del acto un grupo de patinadores aparecieron con un casco en la cabeza con una llama encendida, a modo de antorcha humana. Estos patinadores se encargaron de enlazar las diferentes actuaciones de que constaba la apertura a un ritmo vertiginoso: 70 km/h. Unos de los momentos más emocionantes de la noche lo puso Ferrari –marca propiedad del grupo Fiat, cuyos propietarios, la familia Agnelli, son turineses–, cuando uno de sus vehículos hizo acto de presencia y representó una parada en boxes, como si se tratase de una carrera de Fórmula 1. Además, los asistentes pudieron disfrutar de una exhibición a cargo del piloto probador de la Scuderia Luca Badoer. Los discursos dieron paso al presidente del comité organizador (TOROC), Valentino Castellani, y al presidente del Comité Internacional Olímpico (COI), el belga Jacques Rogge, cuya disertación fue muy protocolaria. Después de escuchar el himno italiano que acompañó a la izada de la bandera, llegó el momento de la gran protagonista: la bandera olímpica llegó al estadio acompañada de la Loren, la escritora chilena Isabel Allende, la ex atleta marroquí Nawal El Moutawakel, la actriz estadounidense Susan Sarandon, la naturalista keniata Wangari Maathai –premio Nobel de la Paz en 2004–, la ex esquiadora de fondo italiana Manuela di Centa, la atleta mozambiqueña Maria Mutola y la activista de derechos humanos camboyana Somaly Mam. Ocho mujeres muy diferentes entre sí, pero que quisieron dar muestra de paz y unión entre culturas. Otro de los acontecimientos más llamativos lo puso en escena un grupo de actores, que se suspendieron en el aire para formar la figura de una paloma de la paz. También John Lennon estuvo presente, por medio de su viuda, Yoko Ono –que leyó un mensaje por la paz–, y de su gran éxito Imagine, que sonó para disfrute de los presentes. En el desfile de los 2.500 deportistas que participarán en estos JJOO estuvieron los 16 representantes españoles, abanderados por la granadina María José Rienda, que a sus 30 años participará en sus cuartos Juegos. Finalmente, la llama olímpica hizo acto de presencia. La encargada de poner el fuego en el pebetero del estadio de Turín fue una sorpresa: la ex esquiadora de fondo Stefania Belmondo, que ganó diez medallas en cinco Juegos Olimpicos, y que –en detrimento del mítico esquiador alpino Alberto Tomba, de quien se había hablado– se convirtió en la última de los 10.001 portadores que durante dos meses llevaron la llama olímpica por toda Italia. El acto lo cerró el tenor Pavarotti, que interpretó una pieza de la ópera Turandot, de Giacomo Puccini: Nessun Dorma (“que nadie duerma”). Así quedó abierta por Carlo Azeglio Ciampi, presidente de la República italiana, la vigésima edición de la cita olímpica invernal.