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RALLY DAKAR

Dos formas muy distintas de ser ganador

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura3 min
Deportes15-01-2006

A Marc Coma, de 30 años, no le bastó con ser campeón del mundo de rally todo terreno en 2005. “Terminaré consiguiendo el Dakar”, afirmó, y cumplió su promesa en su estreno como jefe de filas del equipo Repsol, a las órdenes de Jordi Arcarons. Luc Alphand, de 41 años, representa más bien el triunfo de la perseverancia, después de una juventud turbulenta y de reconvertirse al deporte de motor desde el esquí.

Marc Coma Nani Roma y Marc Coma, que compartieron equipo y muchas vivencias, se abrazaron junto al Lago Rosa. El alumno asimiló la experiencia de un Roma que, además, subió al podio por primera vez sobre cuatro ruedas. El de Aviá, tras su obligado período de aprendizaje como mochilero, ha demostrado que sabe correr. Entró en la elite del desierto sin hacer ruido, al amparo de Roma e Isidre Esteve, para reinar en la arena en cuanto se le presentó la oportunidad. Coma ha sido el más regular para evitar los errores que provoca la aventura africana. Coma llega a la victoria curtido: en 2003, su segunda participación, se fracturó una muñeca y supo llegar a Dakar para acabar undécimo en la general. El ensayo general fue en 2005, con un intenso duelo con el galo Cyril Despres que, pese a no ganar, le sirvió para convencerse de las posibilidades y la estrategia para ganar en Dakar. Antes de 2002, Coma era un desconocido: en España había mostrado sus aptitudes en el enduro, donde llegó a ser campeón mundial sub-23 en 1998. Con 22 años, atesoraba ya 14 de experiencia sobre las dos ruedas. Pero le venía en los genes: su padre compitió en el Campeonato de España de motocross y su tío lo montó, con ocho años, en una Montesa, rodando por los caminos de montaña próximos a su casa. Luego, su progresión estuvo condicionada a las buenas notas en los estudios. El pilotaje de Coma, cerebral y medido al máximo –como en sus declaraciones–, sólo se vio alterado por la muerte. El compañerismo entre los pilotos, aunque no sean del mismo equipo, le hizo derramar lágrimas de rabia e impotencia por Andy Caldecott, lo mismo que hizo el año anterior por Fabrizio Meoni. Aunque el dolor supo relativizarlo pronto: “Los que venimos sabemos los riesgos que corremos, pero también corre riesgo el hombre que va a trabajar y coge el coche”. Luc Alphand Nacido en Briançon, en plena cordillera de los Alpes, Alphand aprendió a esquiar casi al mismo tiempo que a andar. Sin embargo, su carácter inquieto y temerario –llegó a tener el apodo de Wild Dog (perro salvaje)– le hizo pasar por muchísimas lesiones. Casarse en 1992 y dedicarse a su esposa, Anna-Karin, y a sus hijos, Estelle y Niks, lo ayudó a refrenar su ímpetu, focalizar su trabajo y experimentar una metamorfosis mental y física que, 11 años después de su debú en la alta competición, le hizo ganar la primera Copa del Mundo, en descenso. Un título que repitió el año siguiente, en 1996, antes de consagrarse como campeón de la general de la Copa del Mundo, en 1997 –con el primer puesto en descenso y supergigante–, y en Sierra Nevada, en 1998, se hizo con su primera medalla en un Mundial, bronce en el descenso, ya con 33 años. Controvertido pero muy popular en Francia, ese mismo año creó, junto con Philippe Poincloux, el equipo Luc Alphand Aventures, con el objetivo de organizar su reconversión deportiva, pues también era un apasionado de los deportes de motor. Ya en 1998 debutó en el Dakar, y después de cuatro años ganó, con un Mitsubishi, la categoría diésel. En 2003 se convierte en piloto oficial de BMW, con el que repitió triunfo en diésel y consiguió su primera victoria de etapa, a la que añadió tres más el año siguiente. Consolidado entre los primeros de la general, en 2005 pasa a la estructura de Mitsubishi, con un segundo puesto y dos victorias de etapa. Siquiera un paso por detrás de Stéphane Peterhansel, mucho más experimentado en el desierto, Alphand ha demostrado ser el más regular, y ya con el triunfo encaminado, sumó dos nuevas victorias de etapa. Además de los rally raid, Alphand también compite en los circuitos: en 2000 se proclamó campeón de Francia en categoría GT3 y desde 2001 compite en las 24 Horas de Le Mans.