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PRUEBAS DE ADN

La calavera de Mozart; 250 años después de nacer

Por Alba R. SantosTiempo de lectura2 min
Cultura11-01-2006

Se cumplen doscientos cincuenta años del nacimiento del autor de La Flauta Mágica en Salzburgo y su ciudad natal lo ha celebrado con más investigaciones sobre su supuesta calavera. Y es que desde 1902 un cráneo se conserva en la Fundación Mozarteum de Salzburgo a la espera de que se compruebe si es, o no es, la auténtica cabeza del prestigioso compositor.

Las últimas pruebas de ADN realizadas por el Instituto Forense de Innsbruck se declaran poco esclarecedoras, y se empieza a pensar que nunca se va a poder llegar a un resultado concreto. La información genética fue extraída en esta ocasión de dos pelos que supuestamente pertenecían al compositor, teoría descartada una vez comprobado que ambas muestras capilares pertenecen a personas distintas. Por otro lado, se han realizado más averiguaciones sobre posibles miembros de la familia de Mozart con el fin de descartar si la calavera que se conserva en la Fundación Mozarteum de Salzburgo pertenece o no al consagrado personaje. En esta ocasión los restos de la sobrina de Mozart, Jeannette, y a su abuela materna, Euphrosina Pertl han participado en las pruebas de ADN, pero ambas han dado un resultado diferente entre sí y por tanto la posible comprobación con las muestras dentales extraídas de la supuesta calavera del compositor han resultado fallidas. El compositor murió con tan sólo 35 años en Viena. Por aquel entonces, reinaba el emperador ilustrado José II, quien preocupado por el olor insoportable que exhalaban los muertos bajo las losas de las iglesias al ser enterrados en deficientes condiciones higiénicas, ordenó por aquel entonces que los funerales se celebraran extramuros de Viena, en el llamado “ataúd de ahorro”, un recipiente funerario comunitario. A partir de ese momento el fondo podía ser abierto para trasladar al cadáver a una fosa común. Se sabe además que, dadas las duras condiciones climatológicas de aquel momento, los deudos de Mozart solo acompañaron un trecho del trayecto que hizo el coche de caballos cuando, el 6 de diciembre de 1791, trasladó sus restos desde la catedral de San Esteban al cementerio de Saint Marx, donde el cadáver del compositor sería inhumado en una fosa común donde cabían 16 cuerpos. La calavera que supuestamente pertenece al músico fue recuperado en 1801 por un sepulturero, que la conservó hasta 1842, cuando se convierte en un regalo entre familiares que termina por entregarse a la ciudad natal de Mozart en 1902. Desde entonces, las pruebas de ADN y distintas investigaciones siguen haciéndose habituales sin lograr ningún resultado concreto. Y es que hay quien no puede descansar tranquilo, ni tras componer las más reconocidas piezas musicales de la historia clásica de Viena.