MENSAJE DE NOCHEBUENA
Un discurso con marcado enfoque solidario
Por Laura Ferrera2 min
España25-12-2005
En su tradicional mensaje de Navidad, el Rey, además de hacer especial hincapié en los temas más candentes de los últimos meses como la unidad de España y el respeto a la Constitución, también habló de otros temas fundamentales con un claro carácter solidario.
Quiso comenzar mencionando a la gente que sufre y recordando con especial cariño a “quienes este año han fallecido en su entrega a los demás; les dedicamos nuestro más emocionado recuerdo”. Se refería fundamentalmente a los militares muertos en el accidente de helicóptero en Afganistán a los que ha catalogado como “ejemplo de solidaridad”. Hizo referencia a la buena salud de la que goza la economía española. “seguimos generando empleo, creciendo por encima de la media europea; y, aunque quede mucho por hacer, nuestro nivel de bienestar, sistema asistencial, equipamientos, transportes o infraestructuras se aproximan a los más avanzados”. Estos meritos los ha atribuido a “los sacrificios de todos los españoles, que supieron superar rencores y divisiones, mirar al futuro y trabajar día a día para hacer de España el país moderno, justo y solidario del que podemos sentirnos orgullosos”. Esta última reseña a lo que es España le sirvió para hacer referencia a la Constitución, un tema que trató ampliamente a lo largo del discurso. En las palabras dirigidas a todos los españoles, el Rey no quiso olvidar a los inmigrantes ilegales, ni a los pobres y dijo que “una sociedad solidaria y de progreso, como la española, debe comprometerse con todo empeño en la lucha contra la pobreza, la marginación o la exclusión social”. Para luchar contra esto habló de crear más oportunidades de empleo, mejorar la cobertura sanitaria y la protección social, facilitar el acceso a la vivienda y una mejor atención a discapacitados y a personas dependientes (el Ejecutivo ha aprobado una reforma legal que entrará en vigor en el 2007 y que garantiza más atención a este colectivo). Apelando a la responsabilidad, pidió que se vea a la inmigración como una “nueva realidad social de grandes dimensiones” y que no se permita asociarla como sinónimo de muerte, explotación o discriminación. En este sentido su Majestad hizo mención a la importancia de la política exterior española. “Muchos retos y oportunidades se sitúan más allá de nuestras fronteras, en áreas cada vez más lejanas y competitivas”. Por último, el Rey habló de los jóvenes y les invitó a “contagiar ilusión, dinamismo, frescura de ideas y solidaridad”. Como futuro de la sociedad española que son, quiso mencionar el compromiso que tienen estos con “el modelo de convivencia de nuestra Constitución”.