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ASTRONOMÍA

La NASA descubre dos nuevas lunas en Plutón

Por Alfredo L. ZamoraTiempo de lectura2 min
Sociedad06-11-2005

Fue descubierto en 1930 como el noveno planeta del Sistema Solar. Su distancia con respecto al sol, 5.900 millones de kilómetros, hace que visto desde la Tierra no sea más que una imagen semejante a una estrella y que la información sobre Plutón sea mínima. Pero no fue hasta 1978 cuando se descubrió que el planeta tenía una gran luna a la que se llamó Caronte.

Sigue siendo el gran desconocido del Sistema Solar, y es que sólo imágenes distantes y desfiguradas existen de Plutón. El telescopio espacial Hubble tomó el pasado mes de mayo una fotografía del lejano planeta en la que se distinguían otros dos astros, además de Caronte, orbitando alrededor de Plutón en sentido contrario a las agujas del reloj. Los dos cuerpos están mucho más alejados de Plutón que el astro ya conocido, por lo que giran a su alrededor con mayor lentitud. Debido a su mínimo tamaño su brillo es muy débil, por lo que ha sido necesario que las imágenes fueran construidas con exposiciones de larga duración para que se produjera el hallazgo. Dos pequeñas lunas que han sido catalogadas como P1 y P2 hasta que se confirmen que efectivamente son satélites y se les bautice con nombres mitológicos. Las investigaciones de la NASA sobre el Sistema Solar continúan sin descanso, en búsqueda de nuevos planetas y astros. Los últimos hallazgos han demostrado la existencia de cuerpos mucho más alejados de Plutón que podrían alcanzar la categoría de décimo planeta, pero existe cierta resistencia debido a su lejanía. El último descubierto el pasado mes de julio está a más del doble de distancia de Plutón al Sol. Aún queda mucho por conocer, pero los equipos de investigación no descansan. Según ha publicado en su último número la revista Nature, un grupo de científicos chinos ha divisado un gran agujero negro en medio de la Vía Láctea. Esta singularidad espacial está provocada por el hundimiento total de una estrella por debajo de la fuerza de su propia densidad, creando así una región que tiene tal fuerza de gravedad que ni siquiera la luz puede escapar de ella. Su masa equivale a la de cuatro millones de soles. El Telescopio Espacial Spizer de la NASA ha observado lo que podría ser la luz proveniente de los primeros objetos que se formaron en el universo. A través de cámaras infrarrojas se consiguió eliminar la neblina de las galaxias, descubriendo la luz acumulada de las primeras emisiones que son imperceptibles para el ojo humano. Luces que se podrían haber formado hace 13.000 millones de años cuando, tras el Big Bang y millones de años de oscuridad total, el cosmos comenzó a vivir.