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CUMBRE IBEROAMERICANA

La Cumbre quiere afianzar la democracia en América Latina

Por Berta PardalTiempo de lectura2 min
Internacional16-10-2005

La XV Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad Iberoamericana de Naciones escogió Salamanca como escenario durante los pasados días 14 y 15 de octubre. Se quería dar un nuevo impulso a un foro que reúne a España, Portugal y Andorra como miembros europeos, junto a 19 países latinoamericanos.

La base y el punto de partida fue la Secretaría General Iberoamericana, un nuevo instrumento del sistema iberoamericano que servirá, entre otras cosas, para dar seguimiento a los programas acordados en las Cumbres. El novedoso órgano tendrá su sede en la capital española y su titular es el uruguayo Enrique Iglesias, propuesto por unanimidad por los 22 países que se reunieron en la Cumbre. Por primera vez en este tipo de foros, los líderes iberoamericanos debatieron a puerta cerrada el contenido de los tres grandes apartados políticos de la declaración final. La conclusión de las discusiones se verá en el texto de la declaración y su redacción corresponderá en exclusiva al diplomático Enrique Iglesias. El primer gran apartado de conclusiones estará dedicado a "la realidad socio-económica" iberoamericana y agrupará un conjunto de actuaciones para desarrollar en 2010. La respuesta a los problemas migratorios y la proyección internacional de la Comunidad Iberoamericana centrarán los otros dos grandes debates. Otra de las novedades de Salamanca fue la organización de varios foros paralelos a la Cumbre: uno parlamentario, que se celebró a principios de mes en Bilbao, otro cívico y un tercero de carácter empresarial, estos dos últimos celebrados el 13 de octubre en Salamanca. Con un dispositivo de seguridad formado por casi 2.800 efectivos, entre ellos de las Fuerzas Armadas y aviones de la OTAN, se han notado cinco ausencias entre los líderes: Guatemala, El Salvador y Nicaragua, por las consecuencias del huracán Stan; Ecuador, por motivos políticos internos, y Cuba, que al parecer retrocedió ante las versiones de que el presidente Fidel Castro iba a ser denunciado por activistas en una corte española por violaciones de los Derechos Humanos. Como un buen indicio para la Comunidad Iberoamericana, Kofi Annan, secretario general de la Organización de Naciones Unidas, aceptó participar en la inauguración. En su discurso recordó a los gobernantes que todavía en Iberoamérica hay "una terca persistencia de una profunda desigualdad y exclusión". El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo que 600 millones de habitantes del sistema se merecen "un espacio iberoamericano" que debe ser logrado sobre una "base de confianza".