JUSTICIA
Juicio contra el anestesista que contagió hepatitis C a sus pacientes
Por Elena R. Blázquez2 min
Sociedad12-09-2005
Juan Maeso era consumidor habitual de sustancias estupefacientes. Debido a su profesión como anestesista, se inyectaba dolantina, un opiáceo usado como anestésico. Lo malo es que usaba el mismo material quirúrgico con el que después anestesiaba a sus pacientes. Lo peor es que padecía hepatitis C y se la contagió a 276 personas, tres de las cuales fallecieron.
En 1996, un ciudadano denunció que había contraído hepatitis tras una intervención quirúrgica. En 1998, la Consellería de Sanidad de la Generalitat Valenciana confirmó que el brote de hepatitis C detectado en los hospitales La Fe y Casa de la Salud tenía su origen en el anestesista Juan Maeso. Se realizaron más de 2.500 analíticas a 111 afectados y se reunió una documentación que superó los mil folios. En marzo de 1999 y abril de 2004 fallecieron dos hombres de 71 y 75 años, por causa de la enfermedad hepática. Finalmente, el número total de afectados ascendía a 276 personas, incluida una niña que fue contagiada antes de nacer y el de fallecidos a tres. El lunes 12 de septiembre de 2005 ha comenzado el juicio contra Juan Maeso, tras siete años y medio de investigación judicial. A la sala especial de la Audiencia Provincial de Valencia acudieron 200 abogados y procuradores, 40 asistentes como público y 12 periodistas acreditados. La acusación pública ha asegurado que Maeso se administró anestésico como estupefaciente sobre su propio cuerpo y después sobre el cuerpo de los enfermos, inyectándoles con el mismo material quirúrgico y teniendo conocimiento de que padecía hepatitis C. El Ministerio Fiscal ha solicitado para el imputado un total de 2.214 años de prisión, ocho por las lesiones de cada contagio y dos más por cada una de las tres muertes que se consideran directamente derivadas del mismo. Asimismo, pidió una indemnización global de 28,8 millones de euros. Por su parte, el abogado de un grupo de 20 afectados, José Luis Pérez Cobos, ha sostenido que la Generalitat Valenciana debería haber indemnizado a las víctimas, ya que el proceso judicial puede extenderse cuatro o cinco años. Del otro lado, la defensa del anestesista, el abogado Francisco Davó, solicitó la libre absolución, alegando que las acusaciones son imaginaciones de los denunciantes y que el relato de los hechos realizado por la acusación pública y las acusaciones particulares es vago, ambiguo e impreciso. Afirma que el suceso fue un fracaso del sistema epidemiológico de la Comunidad Valenciana, del que el acusado es un afectado más. A lo largo de la semana, Juan Maeso ha negado las acusaciones, ha afirmado desconocer las quejas que presentaron contra él las enfermeras del hospital La Fe, ha descartado que el contagio se realizara mediante jeringuillas y ha incurrido en varias contradicciones.