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GOLF

Woods gana su segundo Open británico

Por David del OlmoTiempo de lectura2 min
Deportes17-07-2005

Woods demostró que su recuperación, tras despedir en 2003 a su entrenador, Butch Harmon, y contratar a Hank Haney, es todo un hecho al volver a vencer en St. Andrews y sumar un palmarés inigualable en la actualidad, sin haber llegado a los 30 años, con diez torneos del Grand Slam en su haber. El estadounidense no dio opción a sus rivales y comandó la clasificación desde la primera jornada, para concluir con una tarjeta de 274 golpes, 14 por debajo el par del campo.

Woods aventajó en cinco golpes al segundo clasificado, el escocés Colin Montgomerie y en seis al estadounidense Fred Couples y a Olazábal. El guipuzcoano, que accedió al torneo tras la renuncia de Severiano Ballesteros -en una pésima condición física el cántabro-, ha demostrado a lo largo de los cuatro días, en los que compartió recorrido con Woods, que sigue siendo un magnífico jugador. Con todo, deberá seguir esperando para intentar convertirse en el único jugador capaz de vencer el Abierto británico en todas las categorías, desde infantiles hasta profesionales. En los puestos de honor del torneo, los diez primeros, hubo muchos nombres de postín y no demasiadas sorpresas: el neocelandés Michael Campbell, Sergio García, Retief Goosen, el alemán Bernard Langer y Vijay Singh dieron categoría a un torneo que demostró la superioridad de Woods, que antes de cumplir 30 años ya acumula diez grandes en su palmarés. El tercer español en liza, Miguel Ángel Jiménez, no cuajó un buen torneo y bastante tuvo con superar el corte al término de la segunda jornada. Algo que no consiguió, para desgracia de los espectadores, el legendario Jack Nicklaus, que puso fin a su carrera deportiva El último español presente en St. Andrews, Ignacio Garrido, tampoco consiguió superar el corte tras terminar a 15 golpes del líder, con una tarjeta de 71 golpes en la primera jornada y 77 en la segunda. El paseo triunfal de Woods -con una preparación muy minuciosa del torneo, con un gran despliegue tecnológico de sus entrenadores, muy distinto a las notas de sus demás competidores- se inició desde el principio, gracias a los excepcionales 66 golpes logrados en el primer recorrido. La potencia de su golpeo, la elegancia de su swing y la precisión en el putt los mantuvo durante todo el torneo. El torneo quedó muy clarificado ya en la segunda jornada, en la que Woods acumulaba cuatro golpes de ventaja respecto del local Colin Montgomerie. Ya en la tercera jornada, la mejor de Olazábal, la desventaja del dos veces campeón del Masters de Augusta era de dos golpes aspiraba al triunfo. Pero la leyenda del estadounidense no falló: siempre que había llegado con ventaja a la última jornada en un Grand Slam, ganó. Y así fue. En el último recorrido, con un viento que tampoco quiso complicarle la vida, no cometió errores y revalidó la jarra de plata, que había ganado Todd Hamilton el año anterior, después de cinco años.