BOSNIA-HERZEGOVINA
Se conmemora el décimo aniversario de la matanza de Srebrenica
Por Chema García2 min
Internacional18-07-2005
Diez años. Una década. El pasado 11 de julio se cumplió el décimo aniversario de la masacre de Srebrenica, localidad bosnia de mayoría musulmana que saltó a las páginas más negras de la Guerra de Yugoslavia después de que más de 8.000 varones de todas las edades –mayoritariamente adultos y adolescentes- fueran asesinados por tropas serbo-bosnias.
Los supervivientes estuvieron arropados por dignatarios internacionales en un acto en el que fueron enterrados los restos de 610 cuerpos en el Centro para la Memoria de las Víctimas. Entre los mandatarios internacionales y las muchas personalidades extranjeras acudieron entre otras Richard H. Holbrooke, principal negociador de los históricos acuerdos de paz de Dayton en 1995, que pusieron fin a la guerra en Bosnia; Paul Wolfowitz, director del Banco Mundial; y Stipe Mesi, presidente croata. Una de las presencias que levantó más polémica fue la de Borís Tadic, presidente serbio, quien contestó a las críticas levantadas por su comparecencia afirmando que quería “rendir homenaje a las víctimas inocentes”. El acto consistió en un sepelio. Mientras los familiares pasaban delante de los ataúdes, posados sobre el suelo, antes de ser enterrados en el Centro, un altavoz retransmitía la oración musulmana por todo el valle. Desde que en 2003, se pusiese en pie el cementerio conmemorativo de Potocari, construido a la entrada de Srebrenica, ya han sido identificados y enterrados más de 1.300 cuerpos. Sin embargo, las autoridades bosnias afirman que aún quedan al menos otras 20 fosas comunes que todavía no han sido analizadas. Organizaciones de Derechos Humanos denuncian que, diez años después de los sucesos, muchas de las víctimas aún no han logrado justicia -los principales autores de aquellos hechos siguen libres y sin responder de sus actos- y que numerosos casos de desapariciones continúan sin resolverse. Al comienzo de la guerra de Bosnia Herzegovina, allá por 1992, tres cuartas partes de la población de Srebrenica era bosnia-musulmana frente a sólo una cuarta parte que era serbia. Un año después, la zona fue una de las seis elegidas por el Consejo de Seguridad de la ONU para gozar de especial protección como “zona de seguridad”. A consecuencia de ello, miles de civiles huidos de otras áreas arrasadas del noreste de Bosnia se refugiaron allí. Sin embargo, la protección internacional no impidió que entre los días 11 a 18 de julio de 1995, fuerzas serbo-bosnias sitiaran el enclave y lo bombardearan. Los musulmanes pidieron a las Naciones Unidas que les entregaran las armas confiscadas por los cuerpos de paz, pero la solicitud fue denegada. Una fuerza de 600 soldados holandeses mal armados era la encargada de protegerlos. Apenas había combustible y los alimentos frescos no se renovaban desde mayo de 1995. El mando holandés solicitó apoyo a la ONU en vano y los serbios consumaron una de las mayores infamias de la Historia reciente en Europa.