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OBRAS DE AMPLIACIÓN

El Museo del Prado se rebela

Por Lourdes TéllezTiempo de lectura2 min
Cultura25-05-2005

A este famoso arquitecto se le pidió un museo de ciencias naturales en las cercanías del Jardín Botánico. Con esmero, con paciencia y con un método fue erigiendo paso a paso un enorme edificio de estilo neoclásico.

A este famoso arquitecto se le pidió un museo de ciencias naturales en las cercanías del Jardín Botánico. Con esmero, con paciencia y con un método fue erigiendo paso a paso un enorme edificio de estilo neoclásico. Desde hace más de una década, ese museo de ciencias naturales, hoy un guardián de tesoros pictóricos y escultóricos, se ha quedado pequeño. Los dos millones de visitantes anuales demandan más espacios; las bodegas del museo contienen obras de arte que no han visto la luz porque no hay donde exhibirlas. Estas y otras necesidades más llevaron en 1995 al entonces Ministerio de Educación y Cultura a plantear una posible ampliación del museo. En 1998 convoca un concurso internacional para la redacción de todas las fases del proyecto. Rafael Moneo, un notabilísimo arquitecto español, es el elegido. En el 2003 comienzas las obras y también los problemas. El proyecto, las mediciones, los estudios y los análisis se realizaron aplicando el “criterio de celeridad” (de urgencia) y subestimando costes y tiempo. Con fines políticos o sin ellos, el caso es que al emblemático edificio no le gustaron estas actitudes y se convirtió en el horror de la Administración, de las constructoras y del arquitecto: las fisuras en el fresco de Lucas Jordán en el Casón del Buen Retiro incrementan en un 241,34 por ciento el presupuesto destinado para esa zona. Un cedro centenario se hace notar y como no puede ser eliminado modifica el proyecto inicial. También hay que suprimir las innumerables barreras arquitectónicas para los amantes del arte con discapacidades físicas que no se habían contemplado. En definitiva, las obras de ampliación del Museo del Prado están suspendidas desde la semana pasada. Las añadiduras que se le han venido haciendo al proyecto inicial han disparado el presupuesto total en un 84 por ciento. La creación de Juan de Villanueva que fue construida con esfuerzo, con mucha paciencia y con un método, se rebela en el siglo XXI a las prisas, al politiqueo y a la falta de respeto al arte.