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REACCIONES

Zapatero calla pero avisa de que el sistema de recaudación lo decide el conjunto del país

Por Paula Escalada MedranoTiempo de lectura2 min
Economía30-04-2005

En la Moncloa: cautela. En la oposición: indignación. Opiniones no muy claras por parte de un lado y demasiado en el otro. Lo que es cierto es que la propuesta de Maragall ha llegado como una tormenta de verano, por sorpresa, inesperadamente, y con una fuerza destructora de la tranquilidad del ambiente.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha mostrado cauteloso ante la propuesta de su compañero de partido, el presidente de la Generalitat, Pascual Maragall. La opinión ante el nuevo modelo de financiación para Cataluña elaborado por los partidos del tripartito es de silencio. Tras la presentación del plan de Maragall, la Moncloa extendió entre los ministros la consigna de no entrar en un cruce de declaraciones con los gobernantes catalanes, de discreción. Rodríguez Zapatero y el vicepresidente segundo del Gobierno, Pedro Solbes, declararon conjuntamente que esperaban que lo que la Generalitat ha presentado fuera un borrador y que no llegara redactado en esos términos al Congreso de los Diputados. Por ello, pidieron “prudencia” en las reacciones al plan. Aunque no se arriesgó mucho, Rodríguez Zapatero sí que avisó de que el sistema de financiación autonómica debe ser acordado por “el conjunto” de las comunidades, y no por una sola. Así, señaló también que deberá regirse por los principios básicos establecidos en la Constitución. Tras la consigna del silencio, ministros como el de Defensa, José Bono, se pronunciaron del siguiente modo: “Me han dicho que diga, y estoy de acuerdo, que me remito a Solbes”. Pero no todo fue silencio, pues gobernantes de otras comunidades, como el presidente del PSOE y de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, sí que hablaron. Chaves advirtió que su comunidad “no consentirá” que haya “privilegios de unos territorios sobre otros o a costa de otros” en materia de financiación. Presidentes de la oposición, como la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, también hablaron claro. Aguirre aseguró que no está dispuesta a admitir “modelos a la carta” o que “encubran, enmascaren o disfracen los regalos del Gobierno de España a quienes mantienen al presidente del Gobierno en la Moncloa”. Dentro de Cataluña también hubo reacciones de los partidos. Así, CiU aparcó sus malas relaciones con Maragall y aceptó el plan como un punto de partida desde el que comenzar a negociar. Por el contrario, el líder del PP en Cataluña, Josep Piqué, declaró que considera al nuevo plan como “inasumible” por el PSOE y por cualquier Gobierno de España. Así mismo, anunció su “predisposición” a negociarlo.