PAÍS VASCO
Euskadi: 25 años de gobierno nacionalista
Por Alejandro Requeijo3 min
España17-04-2005
Las elecciones autonómicas del 17 abril han supuesto la novena victoria consecutiva del Partido Nacionalista Vasco (PNV). De completar la siguiente legislatura, serían 29 los años que el partido fundado en 1895 por Sabino Arana permanecería al frente de una comunidad que solo ha conocido lehendakaris peneuvistas.
Pero esta figura política data de muchos más años de historia. Nace en 1936, tras la aprobación del Estatuto Vasco en las Cortes. De ese modo, el primer presidente vasco fue José Antonio Aguirre y Lecube, del PNV. Sin embargo, el final de la II República y la llegada de la dictadura franquista provocan su exilio desde el que siguió desempeñando sus funciones de manera no oficial hasta su muerte en 1960. Ese año, fue sustituido por el segundo lehendakari de la historia, Jesús Maria de Leizaola Sánchez, también nacionalista. Al contrario que su antecesor, Leizaola, fue testigo del fin de la dictadura y la restauración de la democracia en España y en el País Vasco. A partir de ahí, se creó el llamado Consejo General Vasco, un ente preautonómico que iba a servir de transición al sistema actual. El primer presidente de este Consejo fue el socialista, Ramón Rubial, hasta el momento la única vez que Euskadi no ha estado gobernada por un dirigente nacionalista. Pero solo un año después (1980) Rubial fue sustituido por el peneuvista Carlos Garaikoetxea Urriza, que a la postre se convertiría en el primer lehendakari de los tres que ha tenido la democracia. Así, bajo el marco del recién aprobado Estauto de Gernika (1978) comenzaba una nueva situación política en la que aspectos como la violencia de ETA, el aumento de las aspiraciones soberanistas y los pactos políticos a la hora de formar gobierno han sido una constante. Garaikoetxea tan solo gobernó durante una legislatura y terminó dimitiendo en 1984 por desavenencias con su propio partido. El PNV estaba en crisis y a Garaikoetxea le sustituyó José Antonio Ardanza quien convocó elecciones anticipadas dos años después. En aquellos comicios, la fuerza más votada fue el PSE (PSOE) con 19 escaños por delante del PNV (17 escaños) y EA (13 escaños). La hegemonía nacionalista se vio seriamente amenazada. Pero los socialistas vascos tomaron entonces una decisión histórica: Tras cuatro meses de negociaciones, sorprendentemente, el PSE cedió la lehendakaritza al PNV a cambio de formar gobierno de manera conjunta. De este modo el nacionalista Ardanza mantenía su cargo en el que permaneció durante varias legislaturas hasta 1998. Catorce años de mandato junto a los socialistas donde se produjeron importantes avances en la lucha contra el terrorismo. A esta época pertenecen la creación de la policía autonómica vasca y el pacto de Ajuria Enea a través del cual todos los partidos políticos democráticos formaron un frente común contra ETA. Pero a finales de los 90 ese entendimiento entre nacionalistas y socialista se rompe. Los progresivos acercamientos del PNV con la izquierda abertzale y pactos como los de Lizarra o Estella provocan el definitivo abandono del PSE del gobierno vasco. Se empezaba a dibujar así la situación actual. El 2 de enero de 1998 El PNV vuelve a ganar las elecciones y sube al poder el tercer y hasta ahora último lehendakari, Juan José Ibarretxe. Lo hace gracias a los votos de Euskal Herritarrok (EH), el brazo político de ETA. De ese modo desaparecía el espíritu de Ajuria Enea y en 2001 Ibarretxe convoca elecciones anticipadas. Estas suponen la séptima victoria consecutiva del PNV que formó gobierno junto a EA e IU frente el bando constitucionalista formado por PP y PSOE. Durante esta legislatura se dan dos aspectos que han marcado la actualidad política vasca de los últimos años: La ley de partidos que propició la ilegalización de Batasuna y la aprobación en el Parlamento de Vitoria del Plan Ibarretxe. A partir de la semana pasada el PNV ha entrado en su novena legislatura consecutiva, la tercera para el lehendakari Juan José Ibarretxe que en multitud de ocasiones a manifestado su intención de someter el plan soberanista a referéndum. Algo para lo que necesitará los votos del Partido Comunista de la Tierras Vascas,una formación ésta, que supuestamente recoge el testigo dejado por Batasuna.