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Próxima estación científica: la clonación

Por Patricia de PabloTiempo de lectura3 min
Sociedad09-02-2005

Algunos sectores científicos buscan llevar la manipulación de células embrionarias hasta el extremo de la clonación humana. El primer experimento de clonación en vertebrados fue el de Briggs y King en el año 1952 con ranas. En los años 70 se lograron colecciones de sapos idénticos. Desde hace unos años se obtienen mamíferos clónicos, pero sólo a partir de células embrionarias muy tempranas.

No es de extrañar el revuelo científico cuando un equipo de un instituto en Edimburgo logró una oveja clonada a partir de una célula diferenciada de un adulto: la conocida Dolly. Aquel método de clonación todavía presenta numerosos fracasos. La palabra clon proveniente del término griego con el que se designaba a los retoños. Designa un individuo genéticamente idéntico a otro del cual proviene por reproducción sin fecundación. La clonación genética es una técnica por la cual se obtienen individuos a partir del núcleo de otro individuo, de modo que los seres clonados son idénticos o casi idénticos al original. Dentro de las investigaciones sobre clonación humana se distinguen dos tipos según su finalidad. La clonación terapéutica no se encamina a la obtención de un individuo si no a la manipulación de células embrionarias procedentes de un paciente, a partir de las cuales se puedan desarrollar tratamientos en los que el problema del rechazo se eliminaría. Estas técnicas podrían suponer una revolución en el campo de los trasplantes y el tratamiento de enfermedades como el Alzheimer o el Parkinson. Sin embargo, la experimentación con esas células plantea problemas éticos, pues su extracción supone la muerte del embrión, que para este tipo de investigaciones suele procer del grupo de los desechados en tratamientos de fertilización in vitro. Experimentos de este tipo fueron realizados por primera vez en 1998, por un equipo de la Universidad de Madison en Wisconsin, en Estados Unidos. En cuanto a la clonación reproductiva tiene como fin crear personas idénticas. Se basa en extraer de una célula adulta el núcleo, que la parte que contiene el material genético. Se saca para introducirlo luego en un óvulo previamente enucleado, es decir, un óvulo al que se le ha extraído el núcleo. Así se obtiene un embrión genéticamente idéntico al adulto del que se obtuvo la célula de partida. Después se implanta en el útero de la madre portadora, en cuyo vientre se desarrollará el feto. Este proceso, equivalente a la fabricación artificial de gemelos monocigóticos, dio lugar en 1997 a Dolly, primer mamífero clonado con éxito, la cual no sólo "inauguró" un zoo de duplicados genéticos al que se sumaron luego cabras, vacas, cerdos, ratones, gallinas y gatos, sino que supuso una advertencia de que podía llegarse a lo ahora anunciado por la empresa Clonaid: la clonación humana. La clonación reproductiva tiene por tanto el objetivo de reproducir seres humanos completos. Por otro lado, a las consideraciones éticas y religiosas que pueden manifestarse en contra de estas técnicas, se suma el hecho de que los clones parecen estar asociados a graves problemas de salud, entre ellos el envejecimiento prematuro, similar al observado en la oveja Dolly. El método utilizado para su obtención aún presenta una alta tasa de fracasos. Consiste en obtener un óvulo de oveja, eliminarle su núcleo, sustituirlo por un núcleo de célula de oveja adulta e implantarlo en una tercera oveja que sirve como madre de alquiler para llevar el embarazo. De esta forma, Dolly carece de padre y es el producto de tres madres. El gran dilema de la clonación es que antes de dar con el embrión o la célula deseada, se realizan previamente numerosas pruebas hasta dar con el correcto.